El sismo de magnitud 6,6° percibido el domingo entre las regiones Metropolitana y La Araucanía puede ser denominado como “una réplica tardía” del terremoto que azotó al país en febrero de 2010, explicó el geofísico de la Universidad de Concepción, Arturo Belmonte-Pool Villanueva. Esto, debido a la ubicación de su hipocentro y el año en que ocurre.
El sismo del 29 de septiembre tuvo el epicentro de su ruptura a 71 kilómetros al Oeste de Constitución, bajo el mar, y a 15 kilómetros de profundidad, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. “Este tipo de sismos ocurren cada 7 a 10 años en la zona centro sur de Chile, son completamente normales y no corresponde a un precursor de un terremoto mayor”, aclaró el académico del Departamento de Geofísica de la UdeC.
“Pero tampoco evita que en décadas más adelante se vuelva a producir un sismo importante en esta área, debido a que es unas mil veces más pequeño que un terremoto 8,8. Su magnitud debió producir un deslizamiento entre las placas de unos 30 centímetros, mientras que el de 2010 generó deslizamientos de hasta 15 metros. Por tanto, la energía que liberó este sismo es ínfima respecto a ese futuro sismo mayor y que se sigue acumulando por la subducción permanente de las placas tectónicas”, aclaró Belmonte.
El investigador dijo que los sismos que sí representan una mayor incógnita son los denominados de “intraplaca”, es decir, los que se producen por fracturamiento interno de la Placa de Nazca, y no son “interplaca” o provocados por el contacto entre las placas de Nazca y Sudamericana. Estos terremotos se producen a más de 60 kilómetros de profundidad, como el ocurrido el jueves 26 de septiembre con hipocentro 10 kilómetros al sur de las Termas de Puyehue, en la precordillera, y epicentro a 137 kilómetros de profundidad y de magnitud 6 (Mw).
“En nuestra zona el terremoto del 24 de enero de 1939 de Chillán corresponde a este tipo, de intraplaca. Y el problema con estos sismos es que son altamente destructivos y no conocemos su periodicidad, si es que ésta existe, o si están relacionados temporalmente con terremotos interplaca”, explicó el académico de Geofísica de la UdeC.
Añadió que además, existe otro tipo de sismos de los cuales tampoco se conoce su periodicidad, pero sería aún más alta, es decir, de incluso 8.000 años. Esto sucede con los sismos importantes que se producen en una falla específica como la de San Ramón, en Santiago; o en la gran falla Liquiñe-Ofqui, que cubre gran parte del sur chileno, y en la cual se produjo el terremoto de 2007 en Aysén. Es en este ámbito donde se requiere nueva y mayor investigación para ir respondiendo algunas preguntas acerca de su periodicidad, principalmente, destacó.