Religiosas acusan haber sufrido abuso sexual por parte de sacerdotes en Talca

25 de Julio 2018 | Publicado por: César Herrera - La Tercera
Fotografía: La Tercera

Un grupo de ex monjas denunció, en un reportaje de Informe Especial, haber sido víctimas de abuso sexual mientras fueron parte de la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano en Talca.

Una de las monjas, Eliana Macías, explicó en el programa que un sacerdote, el cual no fue individualizado, la primera vez que la vio en Molina, la quedó mirando y le dijo: “esos senos están muy abajo”, a lo que “me pescó así para arriba”. “(Él) entraba a las habitaciones y entonces justo llegó a mi cama y me levantó la ropa”, narró la ex religiosa.

Otra afectada, Celia Saldivia, confirmó lo señalado por Macías: “El sacerdote siempre estuvo abusando de las hermanas, sexualmente”. “Muchas veces vi a las hermanas desnudas en la habitación, revisándolas él”, detalló la ex monja.

Yolanda Tondreaux, otra víctima de abusos dentro de las Hermanas del Buen Samaritano, también contó su experiencia con los religiosos: “(Un cura) me abrazó, me aceró a su pecho, ¡a su pecho! y comenzó a darme besitos, ¿es normal que le den besos a las monjas en la cara llegando a los labios? ¡un cura! y me zafé porque me di cuenta, me dio asco. Dije padre, disculpe me está llamando la madre, y me responde el cura “ya, anda hija, pero vuelve luego”. Disculpen la palabra “¡a la cresta! y a lavarme las manos bien lavadas con jabón y la cara, ¡porque un cura me manoseó! ¡un cura!”, precisó la mujer.

Sin sanciones

En el reportaje, las ex religiosas además aseguraron que también hubo superioras que abusaban de manera sexual de las que tenían un rango menor. Así lo describió Consuelo Gómez, ex monja que manifestó: “Una vez estaba llorando. Ella me dijo ‘No llore, porque me vas a obligar a subir a tu cama’. Ella sube, me empieza a hacer cariño y de repente la siento acá al frente. Aparte de besar, me comenzó a manosear y se dio toda la cuestión. Empezó a manosear, de arriba a abajo”.

La seguidilla de abusos motivó a las religiosas a haber notificado a Patricia Ibarra Gómez, superiora que, ante las acusaciones, obligaba a las denunciantes a trabajar como sirvientas, incluso de sacerdotes, sin recibir sueldos ni cotizaciones.  “El trato fue de empleadas, porque nosotras trabajamos todo el día, y eso que yo estaba delicada de salud, tenía que trabajar”, contó Macías.

Gómez agregó que el entonces obispo Horacio Valenzuela, ex alumno de Fernando Karadima en El Bosque, estaba al tanto de estos acontecimientos, pero que no hizo nada.

“Nosotras eramos las últimas, de todo, llegaba alguien y era ‘ya, vayan a comer pa fuera’. Llegaban los curitas y ‘oye tú, ¡sal de ahí!’. El cura tenía la preferencia y había que sonreír y tratar bien al padre mientras nos estábamos escondiendo de ellos”, comentó Tondreaux, a lo que añadió: “Hermanas que lo han dado todo, 20, 30 años de vida religiosa, han salido a la calle con lo puesto. Han mendigado, han ido de un lugar a otro para poder sobrevivir”.

Millones a Karadima

Yolanda Tondreaux acusó en el espacio televisivo que tanto Valenzuela como Karadima recibían millonarios cheques, sin detallar la fuente de los dineros. “Le llegaba dinero “al obispo de Talca, don Horacio. Cheques. A Fernando Karadima, después de la condena. Para sus cosas personales. 10, 20 millones”.

El programa intentó obtener las versiones de Patricia Ibarra y de Horacio Valenzuela, pero ambos se negaron a responder.