
Daniela Dresdner Vicencio
Socióloga, Magíster en Ciencias Sociales
Ex Delegada Presidencial Regional del Biobío
Cuando el Gore Biobío empezó a intentar demorar el avance del Museo Regional de la Memoria y los Derechos Humanos no fue una sorpresa. Los gobiernos de derecha lo llevan haciendo desde siempre, acá en el Biobío desde hace más de una década. Lo que sí fue una sorpresa es que intentaran justificar esa demora aludiendo al desarrollo cultural de la Región. Tanto la cultura – la música siempre en la primera línea –, como la memoria y los DD.HH. han sufrido usualmente de las bajas de presupuesto, de la demora y del silencio de los gobiernos de derecha. La cultura y los DD.HH. siempre han estado íntimamente relacionados, por lo que creer pretender transformar esta discusión en una lucha entre ambos mundos bordea la inocencia, en el mejor de los casos, y la desesperación, en el peor.
Recapitulemos: el Museo Regional de la Memoria y los DD.HH. es una iniciativa de prolongada tramitación. Durante este Gobierno el proyecto ha avanzado considerablemente, contando con Recomendación Satisfactoria (RS), y una licitación ya adjudicada. Además, la iniciativa cuenta con un modelo de gobernanza y financiamiento mixto, según lo comprometido, por el Gore (cuyo CORE aprobó recursos el año 2023) y el Ministerio de Culturas.
El estado actual del proyecto es fruto de un trabajo de largo aliento, empujado por la incansable lucha de organizaciones de familiares de detenidos desaparecidos, ejecutados políticos y sobrevivientes de prisión y tortura, en torno a que nuestra Región, la segunda más poblada del país, cuente con un espacio dedicado al rescate de la memoria histórica y la promoción del respeto a los DD.HH., quienes, a pesar de todas las dificultades por las que ha pasado el proyecto, nunca se han rendido.
Es por ello que las recientes declaraciones del Gobernador Regional y el Alcalde de Concepción resultan absolutamente inconducentes. Ambas autoridades, a propósito del éxito del Festival REC, han puesto en duda la ejecución del Museo, arguyendo que su emplazamiento dificultaría la realización de eventos como aquel.
Lo anterior no es efectivo. Los numerosos estudios desarrollados para la concreción de este proyecto han concluido que la construcción del Museo es plenamente compatible con el uso del Parque Bicentenario para eventos masivos, como el REC. El diseño del proyecto es de carácter semi soterrado, utilizando solo un 5% de la superficie total del Parque.
Así, se torna evidente que el objetivo de estas declaraciones no es impulsar el desarrollo cultural, sino evitar a toda costa la construcción del Museo, intentando buscar apoyo ciudadano en la defensa de la música. Sin embargo, un truco de prensa no logrará hacer pelear a la cultura con la memoria y los derechos humanos.