Karina Alvarado
Encargada de Planificación y Control
de Proyectos FIC-R en CePIA

¿Sabías que los cielos de Chile son tan despejados que cerca del 50% de la infraestructura astronómica del mundo se encuentra aquí? No solo tenemos las mejores condiciones para observar el universo, sino que también contamos con el talento para descifrarlo y, lo más importante, aprovecharlo. Sin embargo, al hablar con extranjeros, muchas veces noto que desconocen todo esto.

Para ellos, Chile es el hogar del Desierto de Atacama, las Torres del Paine y, claro, un excelente vino.

Pero ¿qué pasa con nuestra ciencia, innovación y potencial tecnológico?

En el Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA), estamos transformando la manera en que se percibe la astronomía: no solo exploramos el universo con tecnologías avanzadas, sino que también las reinventamos para resolver desafíos aquí en la Tierra. Por ejemplo, los radiómetrosdiseñados para captar y procesar señales de radiofrecuencia provenientes de objetos celestes en radiotelescopios, pueden adaptarse para optimizar procesos en la agroindustria y el sector forestal.

Así, la astronomía no solo nos conecta con las estrellas, sino también con las industrias que mueven nuestra economía.

Pero este trabajo no está exento de desafíos. Uno de los principales es cómo retener a nuestro capital humano avanzado. Ingenieros, astrónomos y científicos formados en Chile terminan trabajando en instituciones como la NASA o el CERN, no por falta de talento, sino por falta de inversión a largo plazo. Si queremos que Chile sea reconocido como líder mundial en radioastronomía, necesitamos construir un ecosistema que permita no solo formar, sino también mantener y aprovechar este talento.

En CePIA, estamos finalizando un proyecto financiado por el Gobierno Regional del Biobío que nos ha permitido desarrollar tecnologías únicas. Sin embargo, para lograr un impacto sostenido, necesitamos continuidad, se requieren al menos 5 o 10 años de inversión estratégica que nos permitan licenciar tecnologías, atraer socios internacionales y posicionar a Chile como un referente en ciencia e innovación.

El potencial es inmenso. Desde los cielos del norte hasta las ideas que nacen en laboratorios como CePIA, Chile tiene la oportunidad de liderar no solo en astronomía, sino en la transformación de industrias globales. Es hora de que el mundo nos conozca no solo por nuestra belleza natural, sino también por nuestras capacidades.

¿Te imaginas un Chile que exporte tanto innovación como vino? Nosotros sí. Y el momento de construirlo es ahora.