Andrea Saldaña León
Directora Regional
Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia
Desde la creación del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, uno de los principales desafíos ha sido la transformación de la oferta de programas disponibles para los niños, niñas y adolescentes, gravemente vulnerados en sus derechos. Este imperativo ético y legal, se inició con una serie de modificaciones que nos han permitido avanzar en especialización y presencia en distintos territorios de la región, lo que redunda en mejores prestaciones para quienes están bajo cuidado estatal.
A modo de ejemplo, pasamos de realizar diagnósticos ambulatorios a procedimientos clínicos especializados, avanzamos desde acciones preventivas al acompañamiento familiar territorial; acciones que contribuyeron directamente a un aumento en cobertura y alcance regional, entre otras mejoras sustantivas.
En esta misma línea, hoy nos enfrentamos a un nuevo y trascendental cambio: la transformación de la línea de cuidado alternativo residencial, es decir, nuestra región junto a otras tres a nivel nacional, contarán por primera vez con un nuevo modelo de residencias familiares, a partir del inicio del proceso de licitación que integra en sus bases técnicas, orientaciones que reconocen aspectos del desarrollo socioemocional sobre la base del curso de vida infantil y adolescente, con un enfoque informado en trauma, que responde a las características de quienes han sido temporalmente separados de sus familias.
Estamos, claramente, ante a una nueva concepción del cuidado residencial que reduce el número de niños, niñas y adolescentes atendidos por cada dispositivo, el cual podrá fluctuar entre 12, 16 o 20 cupos. Además, estos avances incluyen un aumento significativo en el aporte fiscal a los organismos que se adjudiquen las nuevas residencias, incremento que se traducirá en una progresiva optimización de los estándares de protección, de la mano de la extensión de hasta tres años del convenio que regula el vínculo con nuestros colaboradores acreditados.
Nuestra confianza y compromiso están puestos en que estas nuevas residencias, darán respuesta a lo que evidencia científica establece para estos casos, especialmente, porque en su desarrollo recogimos valiosos los aportes y sugerencias de los diversos organismos y representantes de la sociedad civil que colaboran con el Estado, en esta enorme e importante tarea.
Asegurar el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes que requieren la reparación de las experiencias traumáticas que han vivido, es el norte de esta misión, la cual asumimos con total responsabilidad y absoluta esperanza para seguir haciendo de la protección especializada una realidad.