Todos estos acontecimientos sientan las bases de este nuevo año, y abren una serie de posibilidades frente a un escenario inestable. Siendo el evento más trascendental para el rumbo de este periodo la asunción de Donald Trump.
Catalina Agurto Bustamante
Ayudante del Centro de Estudios Europeos-UdeC
Marcado por conflictos bélicos, nuevos gobernantes y polarización política, el 2024 fue sin duda un año bastante acontecido.
Comenzando por el cada vez más letal conflicto bélico Israel – Hamas. Siguiendo por la escalada internacional de la guerra en Ucrania. La cuestionada reelección de Nicolás Maduro en Venezuela. El exilio de Bashar al Assad de Siria y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, reconfigurando los bloques globales.
Todos estos acontecimientos sientan las bases de este nuevo año, y abren una serie de posibilidades frente a un escenario inestable. Siendo el evento más trascendental para el rumbo de este periodo la asunción de Donald Trump este 20 de enero, ya que, considerando la influencia de Estados Unidos, el poder de veto que tienen en el consejo de seguridad de la ONU frente a temas que afectan sus intereses, y considerando las promesas de campaña del ya electo candidato, se abren bastantes interrogantes, respecto de los temas señalados anteriormente, y todo dependerá en su mayoría de la política que adopte el mandatario y en qué medida cumplirá sus promesas de campaña.
Comenzando por los conflictos bélicos de Israel-Hamas y de Rusia-Ucrania, el mandatario sostuvo en varias ocasiones durante su campaña que “Finalizaría las guerras” pero nunca señaló cómo lo haría, sin embargo, dado a los nombramientos que ha realizado se puede apreciar un escenario bastante incierto, ejemplo de esto es la designación del senador republicano Marco Rubio como secretario de Estado, encargado de política exterior.
Por un lado, Rubio ha sido crítico con la agresión rusa y ha apoyado sanciones, sin embargo, recientemente ha mostrado una inclinación hacia la búsqueda de una solución negociada al conflicto en Ucrania. Y, por otro lado, es un fuerte defensor de Israel, señalando en varias ocasiones su negativa a un alto al fuego en medio oriente.
Esto plantea preguntas cruciales ¿Trump cumplirá sus promesas? ¿Qué postura tomará frente al nuevo escenario en Medio Oriente tras el colapso del régimen sirio? ¿Qué rol jugará en América Latina?