Dr. Mauricio J. Rondanelli Reyes
Profesor Centro de Estudios Europeos-UdeC
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este año 2024 va encaminado a convertirse en el año más cálido del planeta, jamás registrado. El boletín de la OMM indica que para el decenio 2015-2024, este año sería el año con más registros climáticos extremos inéditos en el planeta. Comenzando el año, la revista científica Nature Comunications indicó en marzo de 2024 que el océano más septentrional del planeta, el Ártico, podría ver su primer verano sin hielo marino en 2027. La causa de esto sería la alternancia entre períodos estacionales particularmente cálidos entre sí, producto del cambio climático y sus efectos directos en cuanto a la concentración de CO2 atmosférico; sin embargo, los estudios indican que, aunque el incremento de este y otros gases de efecto invernadero (GEI) se mantuvieran estables, las condiciones del clima imperante igualmente auguran el mismo resultado. En Antártica, por su parte, la extensión del hielo marino en 2024, tanto en verano, como en invierno, fue la segunda más baja registrada desde que se tiene información satelital, solo superada por el registro de 2023. El hielo marino actúa como un reflejo del calor solar, ayudando a mantener la estabilidad climática del planeta por lo que los cambios en estas coberturas van a influir en fenómenos como la subida del nivel del mar, las alteraciones de las corrientes oceánicas y, por consiguiente, en el aumento de eventos extremos climáticos. Lo anterior, sin considerar el impacto sobre la vida terrestre y acuática del planeta; algunas poblaciones amenazadas con la extinción, otras con enfermedades y hambruna. Frente a ello, una luz de esperanza lo constituye el esfuerzo de continuar con la tarea de disminuir la emisión de GEI a la atmósfera, en especial, el CO2. Este año se superó transitoriamente la meta impuesta en el Acuerdo de Paris, de no sobrepasar los 1,5°C (1,54 ±0,13 °C) respecto de la era preindustrial; sin embargo, el objetivo sigue siendo mantener el aumento de la temperatura media mundial en superficie por debajo de los 2 °C. Estos son algunos datos para evidenciar, despidiendo este caluroso 2024, un cambio climático en donde el ser humano ha tenido un rol preponderante; a pesar de la corriente negacionista que parece recobrar vigor en algunos territorios de nuestro único planeta, la Tierra. Habrá que trabajar en ello.