José Manuel Ventura Rojas
Centro de Estudios Europeos
Hace más o menos un mes ha aparecido el libro Gobernemos nuestra propia tierra: historia de Ucrania independiente (1991-2024). Su coautor, catedrático vallisoletano de visita en Chile, sintetiza cómo, a la hora de intentar construir el régimen democrático ucraniano en estas décadas, uno de los problemas clave ha sido la corrupción, en buena medida heredada del monopolio de las oligarquías soviéticas; sumándole a ello los factores de su apertura al mundo capitalista y las situaciones en las zonas de conflicto desde 2014: una buena ilustración, basada en hechos reales, es dramatizada por Serguéi Loznitsa en el filme Dombass de 2018.
Por otro lado, a comienzos del año que termina, Euronews analizó el informe 2023 de Transparencia internacional que indicaba, por primera vez en más de una década, un empeoramiento de los resultados en países miembros de la Unión Europea. Las tasas más preocupantes están en la Europa del Este y balcánica, algo que sugeriría reflexionar sobre el balance de la gran ampliación de 2004; pero, en ese sentido, también se cuentan mejoras, respecto a 2012, en República Checa, Estonia, Letonia, Grecia e Italia. Mientras, han descendido significativamente países mejor posicionados como Austria, Luxemburgo y Suecia. En Francia, a mediados del año pasado, resultaba imposible identificar al 61% de los titulares reales de las empresas existentes.
Saltando a esta semana, analizamos con un colega la película Fuerzas ocultas (1943) de Jean Mamy, realizada en su día como propaganda antimasónica para el régimen de Vichy. Se aludía en ella al escándalo Stavisky, mencionado, el año siguiente (1934), por Discépolo en la letra del tango “Cambalache”; pero tan olvidado hoy como los escándalos españoles del mismo año, del Estraperlo y Nombela, que hicieron caer a los gobiernos de turno francés y español, por la propaganda de grupos de la extrema derecha en un caso y de la izquierda por otro, minando su institucionalidad. Ah, pero para muchos académicos (lo he escuchado mucho este año, en eventos nacionales e internacionales), parece que el único problema hoy a considerar, es el avance de la extrema derecha. En ese sentido, recordemos que el aludido Mamy pasó del izquierdismo y la masonería al pro-nazismo, en los mismos años Miguel Serrano lo hizo del bolchevismo al nazismo; y no olviden los colores rojinegros compartidos por los extremos políticos, hasta hoy.
El extremismo político, como la corrupción, son fenómenos que actúan en diversos contextos, en la izquierda y la derecha (diluidas en populismo), en la opulencia y en la pobreza, se conectan con el egoísmo, victimismo, secretismo y doble rasero. Actúan tanto en el extremismo como el conformismo aparentemente despolitizado. Mimbres que tejen diversas realidades políticas en el mundo de hoy y que nos exigen pensar de manera compleja, no maniquea, estos desafíos.