Como dijo Martin Luther King Jr.: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes.”
Sindy Salazar Pincheira
Abogada-Colectiva Justicia en Deerechos Humanos
Desde el 8 de noviembre, la región de Los Ríos y el país entero han sido testigos de la desaparición de Julia Chuñir Catricura, una mujer mapuche y defensora de derechos humanos vista por última vez en los límites entre Máfil y Los Lagos. Este hecho pone de manifiesto los graves riesgos que enfrentan quienes defienden derechos fundamentales, especialmente en contextos territoriales y frente a intereses económicos y políticos.
América Latina se ha consolidado como una de las regiones más peligrosas para quienes protegen derechos humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha registrado al menos 126 asesinatos de defensores en 2023, un número alarmante que refleja la persistencia de la violencia y la intimidación. En su jurisprudencia, la Corte Interamericana ha establecido que los Estados tienen la responsabilidad de proteger la vida y la integridad de estas personas y de prevenir actos de violencia en su contra, como lo señaló en el caso Kawas Fernández vs. Honduras. Sin embargo, en Chile estas obligaciones internacionales aún están lejos de cumplirse.
El caso de Julia Chuñir Catricura no es un hecho aislado, sino un lamentable recordatorio de la urgencia de establecer sistemas de protección efectivos. Defender derechos no debe ser sinónimo de exponerse al peligro ni al silencio forzado. Más allá de los estándares internacionales, es necesario que Chile reconozca el valor esencial de estas personas para construir una sociedad más justa y equitativa.
Como dijo Martin Luther King Jr.: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes.” Hoy exigir justicia por Julia es un acto de compromiso con el futuro de todas las personas defensoras en Chile y la región.