Dignidad del personal: Una obligación para las autoridades electas
27 de Noviembre 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Waleska Muñoz/Schumacher Aravena
Doctora en Gobierno y Administración Pública Departamento de Administración Pública y Ciencia Política UdeC
A comienzos de la década de los 70 del siglo pasado, surge desde Naciones Unidas, el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD), con la finalidad de trabajar en torno a las administraciones públicas y ser un referente para los países de la región. Hace poco más de dos décadas, presentó un documento sobre la Función Pública, el cual fue elaborado por Francisco Longo, que sirviera de base para iniciar el camino hacia la profesionalización de las administraciones públicas, el cual se denomina Carta Iberoamericana de la Función Pública (2003), texto que fue adoptado en la XIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, realizado en Bolivia. Si bien, no es un documento vinculante para los países, es altamente valioso, dado que ofrece un marco adecuado para contar con mejores administraciones públicas.
En esta Carta, no solo aborda el profesionalismo con el que los y las funcionarias deben actuar, sino que, además, sobre las decisiones que deberían adoptar las autoridades, por cuanto, son ellos, actores relevantes para lograr los avances en la materia. En este texto, hay una mención expresa que esperaría que las autoridades electas de las últimas elecciones deberían considerar, y que lo señala en su numeral 45, “El mero cambio de gobierno o la concurrencia de circunstancias o decisiones de exclusiva apreciación discrecional no serán, por sí mismas, causas suficientes para justificar despidos o rescisiones de empleo” y menos aún que, sin haber asumido vayan anunciando juicios de valor sobre el personal y su intención de desvincularlos, sin que existan procesos que lo hayan corroborado.
Lo anterior, es muy importante, ya que, hace un par de décadas, la literatura sobre Gestión de Personas, reconoce y valora la importancia de las personas en el logro de los objetivos. En este sentido, un tema que cobra relevancia es el respeto a su dignidad, ya que, de otra forma, los objetivos se verán afectados.
Si un/a trabajador/a siente que dudan de él/ella, su actitud hacia el trabajo y hacia su autoridad será negativa, con las consecuencias en el resultado que ello implica, tal y como lo aborda la literatura sobre Comportamiento Organizacional.
Lo que las autoridades deben hacer una vez electas, es hacer Gestión de Personas (adoptar decisiones en materia de personal para el logro de los objetivos institucionales), y así, gestionar adecuadamente el rendimiento que se espera. Si el rendimiento no es lo que se espera, podrá adoptar las decisiones que la norma le permite y la gestión de personas sugiere, pero de hacerlo, no debe hacerlo con publicidad, ya que, las personas tenemos sentimientos.
Habrá autoridades electas que, pueden ser muy cercanas a la comunidad, y para ellas, será un líder, pero estas autoridades, si dudan y exponen públicamente a sus trabajadores, no será jamás un líder para ellos, sino que un jefe autoritario que ha afectado su dignidad.
Si alguna autoridad electa, ha equivocado el camino, aun es tiempo de cambiar de estrategia, por el bien del personal y por el bien del territorio y de sus habitantes.