SUSANA RIQUELME PARRA
Jefa de Carrera de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción
Las elecciones regionales de 2024 en Chile han puesto de manifiesto las transformaciones y tensiones que atraviesa la democracia del país. En este contexto, la Región del Biobío es un escenario emblemático para analizar las dinámicas políticas actuales, reflejando tanto las oportunidades como las complejidades que enfrentan los gobernadores regionales en un panorama político cada vez más fragmentado.
Con una participación del 85,55% en las 3.562 mesas instaladas, las elecciones en Biobío demuestran un alto nivel de responsabilidad ciudadana (Servel, 2024). Este elevado índice de participación es un indicador positivo, sin embargo, no hay que pasar por alto el significativo número de votos nulos (8,9%) y en blanco (2,9%), así como el porcentaje de electores que, a pesar de la obligatoriedad, no acudieron a las urnas. Estos factores revelan una desilusión subyacente y una desconexión con el sistema político vigente, reflejando una ciudadanía que, aunque participativa, también está descontenta con las opciones disponibles.
En el centro de esta contienda, Sergio Giacaman García, candidato independiente respaldado por Chile Vamos – UDI y apoyado por el actual gobernador Rodrigo Díaz, ha obtenido un contundente 72,65% de los votos, asegurando su posición como gobernador regional. Por otro lado, Alejandro Navarro Brain, del pacto “Regiones Verdes Liberales”, ha logrado un 27,35% de los votos.
En Biobío, la victoria de Giacaman refleja una dualidad interesante: por un lado, la renovación y apertura hacia liderazgos más personalistas; por otro, la persistencia de estructuras políticas tradicionales que aún dominan el escenario electoral. Por tanto, la elección de Sergio Giacaman simboliza tanto la consolidación de liderazgos tradicionales como la emergencia de nuevas dinámicas políticas.
Un aspecto crítico en estas elecciones es la desigualdad de género en las candidaturas y resultados electorales, lo que resalta la necesidad urgente de implementar medidas más robustas de paridad de género. En Biobío, estamos frente a una dominancia masculina en la gobernanza regional, afectando la calidad de la gobernanza, ya que la inclusión de mujeres en posiciones de poder contribuye a una toma de decisiones más holística y a la implementación de políticas que consideran una gama más amplia de necesidades sociales.
La Región del Biobío, con su diversidad de actores y votaciones fragmentadas, ejemplifica las complejidades que enfrenta la gobernanza regional en un Chile plural. Es esencial que se adopte un enfoque de cohesión y colaboración, para fomentar un desarrollo territorial equitativo y sostenible que responda a las necesidades de las comunidades regionales.