Adelio Matamala
Rector del Instituto Profesional Virginio Gómez

Desde su inicio, un 24 de noviembre de 1988, el Instituto Profesional Virginio Gómez (IPVG) ha aportado al desarrollo del país formando técnicos y profesionales de excelencia, con un fuerte compromiso con las necesidades socio-productivas de las regiones de Bío-Bío y Ñuble. Creado por iniciativa de la Universidad de Concepción (UdeC), en estos 36 años de existencia el IPVG ha sabido crecer y consolidarse como una institución de prestigio, que ha formado más de 38 mil titulados, en ámbitos como la construcción, medioambiente, educación, salud, logística, tecnología, entre otras.

Tradicionalmente, la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) en Chile ha sido entendida como una educación eminentemente práctica, orientada al trabajo y con énfasis en competencias específicas que les permita a las y los estudiantes una rápida inserción laboral. Sin duda, esta percepción es correcta, pero limitada. La ESTP posee un valor en sí misma, y como país tenemos el desafío de relevar su importancia. Sin caer en dicotomías, estamos llamados a equilibrar adecuadamente tanto una formación específica que permita un ejercicio técnico-profesional pertinente, idóneo y de calidad; como a su vez, contar con trayectorias formativas que posibiliten que las personas, de todas las edades y condiciones, encuentren espacios y ambientes para un mejor despliegue de todas sus potencialidades. Los desafíos que se configuran tanto localmente como a nivel global, de tipo climático, tecnológico, social, demográfico, etc. requieren de personas competentes en sus labores, pero que al mismo tiempo sean creativas, innovadoras, responsables socialmente, éticamente comprometidas con la probidad y que den testimonio de la fe pública que como sociedad depositamos en ellas mediante el ejercicio de sus cargos o funciones.

A lo largo de su historia, inspirado en su institución fundadora y en la figura del Dr. Virginio Gómez, el IPVG ha desarrollado un modelo educativo donde la persona humana está en el centro de todo su quehacer. Junto a programas de estudio actualizados, con uso intensivo de tecnologías y vinculados bidireccionalmente con el sector socio-productivo, ofrece experiencias significativas a sus estudiantes; provee trayectorias formativas diversas y flexibles, y brinda acompañamiento tanto a sus estudiantes como a las y los titulados. Asimismo, promueve una cultura de respeto y diversidad en toda su comunidad educativa, con enfoque en la equidad de género e inclusión.

Ciertamente, los desafíos que la ESTP está enfrentando actualmente son enormes, sobre todo en temas de financiamiento, pero confiamos en que el país no dejará de lado su compromiso con las personas que optan por ser técnicos y profesionales, y que buscan mejorar sus condiciones de vida y la de los demás. Habiendo cumplido un nuevo año de existencia, el IPVG renueva su compromiso con la ESTP de Chile, particularmente en los entornos territoriales donde estamos presente, e invita a la sociedad en su conjunto para redoblar el diálogo y favorecer una discusión más amplia sobre la educación que todos queremos y necesitamos para el desarrollo del país y su gente, que por cierto no puede dejar de lado el rol fundamental que cumple la ESTP.