Jaime Soto Barba
Académico Universidad de Concepción
Director Centro Gabriela Mistral, GAM
Hace pocos días, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (MINCAP) indicaba que el presupuesto 2025 aumentaba significativamente en un 45,8% ($481.289) para el año próximo. Sin duda, en un ámbito caracterizado por la precariedad de los recursos económicos asignados, respecto de otras partidas ministeriales, la noticia constituía una esperanza de mejora sustancial de este ministerio para el siguiente periodo.
Sin embargo, la semana pasada, nos enteramos, ahora con desazón, cómo 28 partidas de este presupuesto habían sido rechazadas por la oposición, entre las cuales se encuentran todas las que se asocian con la promoción de los Derechos Humanos, proyectos Fondart, Pase Cultural, Fomento y Difusión del Arte y las Culturas de Pueblos Indígenas, Red de Bibliotecas Públicas, Museos Nacionales y Regionales, entre otras varias.
Más allá de que rechazar las partidas afecta intrínsecamente el desarrollo del país en los ámbitos promovidos por el MINCAP, resulta incomprensible y perturbador que las y los parlamentarios de oposición, que han instalado fuertemente el discurso de enfrentar con seriedad y rigor la delincuencia en Chile, actúen con una falta de visión ciudadana que desconcierta y preocupa.
En efecto, para comprender a cabalidad esta relación entre más cultura y menos delincuencia, entendemos que iniciativas como el Pase Cultural beneficiaría a miles de jóvenes, muchos de los cuales podrían encontrar en actividades de esta naturaleza un sentido de vida que los aleje de las drogas, antesala de comportamientos delictivos.
Asimismo, junto con promover la descentralización de los recursos y estimular el desarrollo de regiones, determinadas iniciativas presupuestarias de MINCAP favorecen enormemente la inclusión y el sentido de identidad de las y los jóvenes, así como -paralelamente- la seguridad en los barrios. Ejemplo de ello son la red de Bibliotecas Públicas, el programa de Orquestas Regionales Profesionales y el de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras. Rechazar las partidas imposibilita también la transferencia de fondos a los gobiernos regionales, recursos concebidos para realizar actividades culturales en todo el país.
El accionar de nuestros legisladores requiere compromiso, capacidad de comprensión de las dinámicas sociales y, sobre todo, consecuencia, por lo que este es un llamado más a que los parlamentarios de oposición, dado los efectos negativos producidos, no obstaculicen el desarrollo del arte, la cultura y el patrimonio nacionales.