Jorge Leichtle
Universidad Bernardo O’Higgins
Probablemente usted no tendría problemas para nombrar cinco animales africanos. Quizás el león, el elefante, la jirafa, la cebra y el hipopótamo estarían entre sus respuestas. Pero, ¿qué sucedería si le preguntara por cinco animales nativos de Chile? ¿Le resultaría igual de fácil? En mi experiencia, la mayoría de los chilenos tiene más dificultad para mencionar nuestras especies nacionales que las africanas.
Con el Día de la Fauna Chilena a la vuelta de la esquina (primer sábado de noviembre), es el momento ideal para detenernos y reflexionar sobre lo que significa proteger nuestra biodiversidad. Aunque nuestro país no cuenta con la cantidad de especies que otros países de la región tienen, la fauna chilena es única en el mundo. Especies como el huemul, el zorro de Darwin, la ranita de Darwin, la torcaza y la comadrejita trompuda, entre otras, enfrentan graves problemas debido a la pérdida de sus hábitats, el cambio climático y la presencia de especies exóticas invasoras.
Un problema que ha crecido en los últimos años es la proliferación de perros asilvestrados, que están presentes en distintas zonas del país. Estos animales representan una seria amenaza no solo para la fauna silvestre, sino también para el ganado y las personas. El guanaco, el pudú y el pingüino de Humboldt, especies que ya están en peligro, se ven cada vez más afectadas por estos depredadores. Los perros asilvestrados no solo cazan a animales nativos, sino que también compiten por recursos con los depredadores naturales, desequilibrando los ecosistemas. Es un ejemplo claro de cómo nuestras acciones pueden generar problemas graves para el medio ambiente y de la necesidad urgente de actuar para controlar este fenómeno.
La conservación de nuestra fauna no es solo responsabilidad del Estado. Todos, desde ciudadanos hasta instituciones educativas, tenemos un rol que cumplir. Las universidades, por ejemplo, pueden aportar mucho a través de la investigación científica, la formación de nuevos profesionales y la educación ambiental. Pero también es crucial que las comunidades locales y organizaciones se involucren para crear conciencia y tomar acciones que protejan nuestra fauna. La educación es la herramienta más poderosa que tenemos para cambiar nuestras actitudes hacia el medio ambiente.
En este sentido, también tenemos cosas positivas para alegrarnos. La pronta entrada en funcionamiento del Servicio Nacional de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBNAP) es un avance clave. Este nuevo organismo permitirá una mejor coordinación a nivel nacional para proteger las especies amenazadas y restaurar los ecosistemas dañados. Con el SBNAP, se espera que las políticas de conservación sean más efectivas, abarcando desde la gestión de las áreas protegidas hasta la regulación de las actividades humanas que afectan a la fauna. Su éxito, sin embargo, dependerá de la colaboración entre el gobierno, las universidades y la sociedad civil.
Este Día de la Fauna Chilena es una oportunidad para informarse, participar en iniciativas locales y asumir nuestra parte en la protección de nuestras especies. Cuidar nuestra fauna no solo significa preservar el equilibrio ecológico, sino también mantener viva nuestra identidad como chilenos, guardianes de un patrimonio natural único. Solo así lograremos que las futuras generaciones también puedan disfrutar de esta fauna única que tanto nos caracteriza.