Florencia Alvez Marín
Abogada Colectiva Justicia en Derechos Humanos

Este fin de semana se celebrarán en Chile las elecciones de gobernadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales. Las votaciones se llevarán a cabo en dos días: sábado 26 y domingo 27 de octubre con el fin de facilitar el proceso, entregar más tiempo a los electores y evitar aglomeraciones. Se adoptaron medidas para evitar pérdidas para el comercio, así el 26 de octubre no será feriado y el domingo será feriado pero no irrenunciable.

En virtud de las normas vigentes, los locales de votación deben estar bajo resguardo de las Fuerzas Armadas desde el jueves 24 de octubre. Miles de niñas y niños, adolescentes y jóvenes y sus familias verán alteradas sus rutinas por el proceso electoral. Esto genera que las personas que cuidan, principalmente mujeres, deban hacer malabares para conciliar sus actividades con las labores de cuidado. Los permisos en sus trabajos, adecuación de horarios y coordinación con otras mujeres se multiplican y salvan, a duras penas, estos tres días sin colegio. Estos efectos son invisibles en el proceso de adopción de decisiones, y evidencia que, cuando se ignoran las dinámicas de género, los impactos son desproporcionados sobre las mujeres.

La autoridad al decidir que estas elecciones se realizarían en 2 días no vislumbró el efecto desproporcionado que esto tendría en mujeres cuidadoras. Si bien el acto electoral es crucial para la democracia, y la búsqueda de mecanismos para aumentar la participación es imprescindible, debiera formar parte de las consideraciones el efecto que esto trae para toda la sociedad. Además de buscar soluciones al cuidado infantil, las cuidadoras ven afectados sus trabajos y se les sobrecarga física y emocionalmente. Medidas como una apertura parcial de los colegios, el apoyo a cuidadoras o la flexibilización de los horarios laborales habrían contribuido a minimizar el efecto de esta decisión en quienes desarrollan labores de cuidados.

Que el ejercicio de la democracia en las urnas nos permita reflexionar sobre la sociedad que queremos construir, una en la que se considere a todos y todas, y en las que estas barreras invisibles se superen para materializar la igualdad.