Paulina Assmann
CEO de Sequre Quantum.
Recientemente, investigadores chinos anunciaron que lograron quebrar una clave RSA de 22 bits utilizando la computadora cuántica D-Wave Advantage. Aunque esto generó revuelo, las claves RSA utilizadas hoy en día son de al menos 2048 bits, lo que sigue siendo seguro por ahora. Sin embargo, este avance es un recordatorio de que la computación cuántica avanza rápidamente y traerá desafíos importantes para la ciberseguridad.
La computación cuántica plantea una doble realidad: por un lado, es una amenaza para los sistemas criptográficos tradicionales, pero también ofrece soluciones avanzadas para protegerlos. La criptografía RSA, por ejemplo, se basa en la dificultad de factorizar grandes números, algo que los futuros computadores cuánticos podrían resolver rápidamente. Aunque todavía estamos lejos de romper claves de 2048 bits, es crucial prepararse para este escenario.
Otra amenaza creciente es la inteligencia artificial (IA). La IA es cada vez más poderosa, capaz de analizar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y, en algunos casos, vulnerar sistemas de seguridad. Tanto la computación cuántica como la IA están revolucionando el mundo de la ciberseguridad, y debemos estar atentos, sí, pero también debemos ver la cuántica y la IA como oportunidades.
Afortunadamente, ya existen soluciones como los generadores cuánticos de números aleatorios, que no solo proporcionan números verdaderamente aleatorios, imposibles de replicar o predecir, sino que, gracias a nuevas tecnologías, permiten su autocertificación en tiempo real, asegurando que los números generados sean únicos e impredecibles en todo momento. Esta capacidad eleva la protección frente a los generadores pseudoaleatorios, que podrían ser vulnerables tanto a la IA hoy como a ataques cuánticos en el futuro.
Estos generadores cuánticos tienen diversos casos de uso ya en operación, desde la generación de claves seguras para criptografía en aplicaciones financieras, hasta la protección de sistemas de telecomunicaciones y redes gubernamentales. Además, son clave para garantizar la equidad en juegos de azar y apuestas en línea, donde la generación de números verdaderamente aleatorios es crítica para evitar manipulaciones. También tienen aplicaciones en el Internet de las Cosas (IoT), donde la seguridad de dispositivos conectados depende cada vez más de generar y manejar información segura en tiempo real.
Debemos estar atentos, sí, pero también debemos ver la cuántica y la IA como oportunidades. Adoptar tecnologías cuánticas como los generadores cuánticos de números aleatorios, que permiten su autocertificación en tiempo real, es un paso clave para asegurar nuestros sistemas, tanto hoy como en el futuro. Estamos en una transición tecnológica que no se puede ignorar, y quienes actúen ahora estarán mejor preparados para los retos de la era postcuántica.