Juan Recabarren
Coordinador Regional del Plan Buen Vivir
En 2022, el Presidente Gabriel Boric, en el marco del Plan Buen Vivir, incluyó en el proyecto de Ley de Presupuesto de 2023 una partida para fortalecer la inversión pública en las provincias bajo estado de excepción a través del Ministerio de Obras Públicas (MOP), con el objetivo de “mejorar la calidad de vida de las comunidades y habitantes de la Región de La Araucanía y de las Provincias de Arauco y Biobío”.
Este desafío nos llevó a trabajar en zonas profundamente rezagadas, donde la ausencia del Estado ha generado una sensación de desconfianza y abandono en los habitantes. Desde el inicio identificamos, especialmente en el cono sur de Arauco, que la inversión pública no se trataba solo de destinar recursos y licitar obras.
Era un proceso largo de diálogo, de generar acuerdos, de no rehuir a conversaciones difíciles y sobre todo cumplir los compromisos. Construir confianza, en estos casos, solo es posible con hechos tangibles y un diálogo que se sostiene en el tiempo.
Un año después de asumir la misión, los resultados comienzan a ser visibles. Se han realizado licitaciones para más de mil caminos indígenas, que se extienden por más de 450 kilómetros. No solo se trata de nuevos contratos, sino también de reactivar convenios rezagados que, por diversos motivos, no habían sido completados.
Asimismo, desde diciembre de 2023, hemos licitado 11 nuevos contratos en la provincia de Arauco, de los cuales 8 están en ejecución o en proceso de adjudicación, mientras que los otros 3 están en relicitación. A esto se suman los caminos indígenas de Alto Biobío, donde las obras ya avanzan.
Estos resultados también implican empleo, la participación creciente de empresas proveedoras en la zona y, sobre todo, familias que ven mejorar su calidad de vida con caminos que facilitan el acceso a servicios básicos y oportunidades. Lo más importante es que representan el cumplimiento de acuerdos construidos con diálogo y paciencia, con la firme voluntad de transformar la realidad de estas provincias.
Como Plan Buen Vivir y como Gobierno, nuestro compromiso con mejorar la vida en los territorios rezagados es firme. Creemos que los acuerdos construidos con actores locales –municipios, comunidades indígenas y empresas– son clave para un desarrollo sostenible y equitativo.
Esta fórmula territorial, basada en el diálogo y el cumplimiento, seguirá generando acuerdos que se traduzcan en resultados concretos y alegrías palpables. Tal como lo experimentan hoy las familias del sector Casa de Piedra en Tirúa, donde la mejora en sus condiciones de vida ya es una realidad, reflejada en las palabras de su dirigente, don Pablo Antil, quien nos recuerda que estas obras no solo son caminos, sino un símbolo de confianza y esperanza para sus comunidades.