Tamara Márquez
Secretaria de Estudios Ingeniería Comercial
Universidad Autónoma de Chile
¿Será que la IA reemplazará absolutamente el trabajo humano? En la realidad actual es innegable que nos enfrentamos a cuestionamientos bastante válidos debido al vertiginoso avance de la tecnología, lo que a menudo nos deja perplejos, especialmente si los comparamos con las limitaciones humanas. Goldman Sachs indica que un 25% de los actuales puestos de trabajo está expuesto a ser reemplazado por IA. De acuerdo con datos de la II Encuesta de Percepción Social de la Inteligencia Artificial 2024, elaborada por la Universidad Autónoma de Chile, un 28% de las personas percibe a la IA como una amenaza, mientras que un 44% la considera una oportunidad, sobre todo en los grupos de mayor ingreso. Así también, un 40,5% de las personas indica no estar dispuesta a compartir sus datos biométricos bajo ningún contexto.
A lo largo de la historia, el trabajo ha cambiado con la adopción de la tecnología. Antes de la revolución industrial, el trabajo era artesanal, pero los trabajadores debieron adaptarse al uso de las máquinas. Con la masificación de los computadores, los trabajos, que eran lentos y rutinarios, se volvieron más productivos, y las personas aprendieron a utilizarlos. De igual forma, antes del internet, la información era menos ágil, pero la gente adoptó esta tecnología para mejorar la comunicación y sus labores productivas.
Se espera que, con la robótica, la inteligencia artificial y la automatización, en un futuro cercano, trabajemos junto a robots y/o ayudantes virtuales, que mejoren la productividad; así la tecnología sustituiría puestos laborales de más baja cualificación, aunque también aumentará la demanda por trabajadores capacitados en áreas como la informática, electrónica y mantención de equipos.
Entonces ¿cómo podemos competir con las máquinas?, si lo hacemos basados en productividad y tasas de errores, lo más probable es que los equipos tecnológicos y la inteligencia artificial, nos superen con amplia ventaja.
Como humanos, lo que nos hace únicos es la capacidad de adaptarnos y socializar, a través de las habilidades genéricas, como la empatía, la resiliencia, la resolución de conflictos, la capacidad para trabajar en equipo, motivar y liderar a otros, así como el cooperar, respetar, ser honestos y tener un pensamiento crítico.
El desafío para nosotros y las futuras generaciones radica en desarrollar y fortalecer estas habilidades genéricas, en humanizarnos y aprovechar nuestras vulnerabilidades como oportunidades de crecimiento, como lo mencionó Albert Einstein: “En medio de la dificultad yace la oportunidad”.
Estas habilidades serán fundamentales en el futuro inmediato del mercado laboral, ya que la interacción con un ser humano siempre será diferente a la interacción con una máquina, por muy avanzada que esta sea.
Ahora, ¿cómo humanizamos una sociedad cada vez más acostumbrada a relacionarse a través de las tecnologías?, aquí está la tarea para los padres, los formadores, y la sociedad completa: es imperativo que reforcemos los espacios de conexión e interacción humana; que demos oportunidades a nuestros jóvenes de establecer contactos persona a persona y que les enseñemos los valores intrínsecos en la interacción humana, con actividades que les permitan experimentar y comprobar que, el ser humanos nos da una ventaja que no puede ser imitada por una máquina.