Dr. Rodrigo Villalobos García
Neurólogo
Académico de la Facultad de Medicina UCSC
Este 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Alzheimer. Esta enfermedad es un trastorno neurocognitivo mayor y representa la forma más común de demencia a nivel mundial, y especialmente en Chile. Este padecimiento pertenece a un grupo más amplio de trastornos neurocognitivos mayores (TNC), que son enfermedades crónicas, progresivas, degenerativas y no transmisibles, afectando funciones cognitivas esenciales como la memoria, la atención, el lenguaje y la capacidad para realizar actividades diarias.
Un concepto erróneo es el de “demencia senil”, que sugiere incorrectamente que los trastornos cognitivos severos son una parte normal del envejecimiento. Esto no es cierto; la aparición de síntomas cognitivos recurrentes no debe atribuirse simplemente a la edad. Si un familiar muestra fallas en sus capacidades cognitivas, es crucial buscar una evaluación profesional.
El tratamiento del Alzheimer se basa en varios pilares. El manejo no farmacológico incluye psicoterapia, estimulación cognitiva y participación en actividades físicas y sociales. También es esencial prevenir accidentes y adaptar el entorno del paciente para minimizar riesgos.
Los pacientes con Alzheimer frecuentemente presentan síntomas de salud mental como ansiedad, depresión y trastornos del sueño. Los cuidadores y familiares también están en riesgo de desarrollar estos problemas. La prevención, el apoyo adecuado y el seguimiento por parte del equipo de salud mental (psicólogo, médico, terapeuta ocupacional) son esenciales tanto para los pacientes como sus familiares.
Para familiares y cuidadores, es importante educarse sobre la enfermedad específica de cada paciente, conocer su evolución y pronóstico, y los posibles síntomas futuros. Se recomienda crear una red de apoyo para que el cuidado del paciente no recaiga en una sola persona. Es fundamental entender que el Alzheimer es progresivo y, mientras algunos casos pueden ser menos complejos, otros pueden presentar mayores desafíos. Los cuidadores deben aprovechar el apoyo de agrupaciones comunitarias y servicios de salud disponibles, como CESFAM, COSAM y centros especializados en demencia, como el Centro Kelluwün en Hualpén.