Rodrigo Castillo Jofré
Abogado, Magíster en Derecho Público
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Estando cerca la conmemoración de un nuevo 18 de septiembre, fecha recordada por la instalación de la Primera Junta de Gobierno de 1810, resulta valioso también mencionar otros acontecimientos de la historia de la independencia nacional, en los cuales la acción del pueblo de Concepción jugó un rol decisivo en el planteamiento de alternativas para el proyecto de país que estaba surgiendo en aquel momento. Uno de estos hitos que merece especial atención, es la conformación de la Junta Gubernativa de Concepción, del 5 de septiembre de 1811.
En el contexto de la conformación del Primer Congreso Nacional, diversos conflictos surgieron entre los representantes de las provincias (o “los pueblos”) y de Santiago, sede de aquella instancia. Uno de los puntos de quiebre fue la decisión unilateral de aumentar el número de diputados santiaguinos de 6 a 12, ante la pasividad de los representantes penquistas y desatando el malestar de la población de la ciudad. En esta se convocó a un cabildo para el día 5 de septiembre, difundiéndose entre los vecinos exaltadas proclamas llamando a desconocer las decisiones de la autoridad central y a reclamar el lugar que les correspondía en la organización transitoria del poder. Fray Antonio Orihuela, franciscano que pertenecía al sector más exaltado de patriotas penquistas, consignaría en su llamado: “La nobleza de Santiago se arrogó así la autoridad que antes gritaba competir solo al pueblo(…) Juntaos en cabildo abierto, en que cada uno exponga libremente su parecer, y arrebatadles vuestros poderes a esos hombres venales, indignos de vuestras confianzas, y sustituidles unos verdaderos y fieles patriotas que aspiren a vuestra felicidad, y que no deseen otras ventajas ni conveniencia para sí que las que ellos mismos proporcionen a su pueblo”.