En la recuperación de espacios urbanos, la iluminación es un importante desafío técnico, pero también de diseño. Si bien, trazados y cálculos de los ingenieros eléctricos son fundamentales, también lo es un detenido y cuidado diseño de la experiencia lumínica que esperamos construir. Propuestas donde comparecen ideas arquitectónicas y urbanas que recogen sensiblemente lo que ahí acontece y lo que esperamos reforzar, inhibir e incorporar, escenificando situaciones y poniendo en valor, lugares, edificios y elementos naturales.

Evitando la contaminación lumínica, promoviendo la seguridad ciudadana, la identidad del lugar y el cuidado con los ecosistemas y demás seres vivos, la iluminación pública es una pieza clave de nuestra experiencia en la ciudad y de nuestros recuerdos de la misma. De este modo, el diseño está lejos de ser una simple colmatación de lux, homogénea y muchas veces sobre-calculada. Más bien, es un proyecto en sí mismo, que en sinergia con el diseño urbano y sus configurante arquitectónicos, viales y naturales, busca construir una vivencia de lo público, segura, memorable y de calidad. En este sentido, y sin ir muy lejos, un ejemplo es el caso de Córdoba, en Argentina.

Quienes van, ya sea por turismo o trabajo, difícilmente dejan de visitar la Plaza del Buen Pastor y fotografiar las catedrales y piletas de agua, que, detenidamente iluminadas, en sí mismas son un espectáculo urbano, transformándose en un factor de activación económica y comercial de sus alrededores. Ya más lejos, la plaza de juegos musicales en Montreal, Canadá, es otro interesante caso de intervención lumínica exitosa, que recuperó y renovó un espacio para la ciudad y sus vecinos, pero también visibilizó el importante stock tecnológico y de posibilidades que entregan los actuales catálogos de luminarias urbanas.

Así, saludamos los Planes de Recuperación de Espacios Urbanos que se están desarrollando en nuestra Área Metropolitana, y quedamos atentos a como dichos proyectos, renuevan y vitalizan las experiencias lumínicas de estos espacios, cuya ocupación muchas veces trascienden la presencia de luz natural, especialmente en invierno.