Opinión

Inteligencia Artificial ¿Sedienta?

Por: Equipo Digital 26 de Agosto 2024
Fotografía: Cedida

Ricardo Salazar González
Investigador SERC

En lo que va de este año 2024, ¿haz hecho alguna pregunta o pedido información a ChatGPT, Bard o Gemini? La inteligencia artificial está transformando numerosos campos de manera significativa, convirtiéndose en una aliada indispensable para las personas. Entre sus cualidades, podemos mencionar que optimiza procesos, impulsa la creatividad y facilita la toma de decisiones. Pero ojo, hay que tener cuidado, porque cada vez que haces cinco o más preguntas a ChatGPT, se consume al menos medio litro de agua.

A ver, te estarás preguntando el por qué, y es que para que la IA pueda responder a las consultas, hacer traducciones, resúmenes u otros, necesita de centros de datos donde se encuentran millones de potentes computadoras que procesan millones de cálculos y peticiones en tiempo real. En esos centros de datos, se consume más del 1% de la energía total del planeta.

En el último informe de desarrollo sostenible de Microsoft de 2024, se demostró que el uso de agua por parte de la compañía fue de casi ocho mil millones de litros durante el año 2023, el doble del consumo de agua reportado en 2020; lo cual equivale al consumo total de agua en un año (residencial e industrial) en ciudades como Valparaíso o Concepción, según los informes de consumo de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) de 2022 y 2023.

Google también aporta con cifras altas. En su último informe de sostenibilidad, indica que consumió más de dos mil doscientos millones de litros de agua. En ambos casos, el consumo ha aumentado con los años y se prevé que seguirá en incremento. A este aumento en el uso de agua, se suma el hecho de que el agua utilizada como refrigerante es agua dulce o potable, y gran parte de esta se evapora en el proceso de refrigeración impidiendo su reuso.

Además, muchos de estos centros de datos están ubicados en regiones con escasez hídrica. Pero, el consumo de agua no se limita solo a la refrigeración. La inteligencia artificial también tiene una enorme huella hídrica, ya que durante su fabricación e implementación se requieren miles de litros de agua.

A futuro, y a medida que la IA se integre más en nuestro diario quehacer, su huella hídrica aumentará inevitablemente, y antes de que esto se vuelva insostenible, me permito dejar sobre la mesa, para la reflexión y debate, que debemos comenzar a pensar en alternativas que se podrían implementar desde hoy, como el uso de aguas residuales tratadas.

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