Rodrigo Díaz WöRNER
Gobernador Regional del Biobío
El cierre indefinido de Huachipato es un fuerte golpe a la Región del Biobío, afectando más de 20 mil empleos, directos e indirectos, y golpeando duramente nuestra identidad industrial.
El Grupo CAP, siguiendo lógicas económicas, ha tomado decisiones que, si bien son rentables en bolsa, fallaron en cumplir el rol de buen vecino durante este proceso, evidenciando una comunicación deficiente y una falta de sensibilidad. Es imperativo, por tanto, que la empresa ofrezca un plan de salida justo para todos sus trabajadores y muestre solidaridad con las empresas contratistas permanentes que serán afectadas por el cierre, con indemnizaciones por sobre lo que la ley determina.
Por otro lado, y tal como la semana pasada le propuse al ministro de Economía, Nicolás Grau, es fundamental que el Gobierno lidere la implementación de un plan “Marshall” de diversas inversiones que permitan la reactivación económica de diversos sectores y un alivio para cientos que perderán sus puestos de trabajo.
Al respecto, propusimos acelerar con fuerza el Plan “Más Movilidad” para ofrecer empleo inmediato y mejorar la infraestructura de transporte en el Gran Concepción, con una cartera de inversión de 2.2 billones de pesos. Otra opción es generar planes de revisión de puentes ferroviarios y viales en toda la región, así como su mantención o conservación, y destrabar proyectos de inversión por más de 300 millones de dólares que aún están en procesos de revisión en el Servicio de Evaluación Ambiental. Otra de las propuestas es potenciar la construcción naval continua en ASMAR para revitalizar la manufactura en el Biobío, tal como lo anunciara el Presidente Boric en Talcahuano.
Este proyecto, combinado con el desarrollo de plataformas eólicas offshore, podría posicionar a Chile como líder en nuevas industrias, aprovechando nuestra extensa costa. Por otra parte, el turismo, vinculado a grandes eventos, también ofrece una oportunidad de reactivación económica. Priorizar a la región como escenario de actividades masivas culturales, académicas, deportivas o de turismo de negocios, impulsaría el sector turístico y de servicios, como el hotelero, transportes, comercio o el gastronómico, tal como hemos comprobado exitosamente con el Festival REC y el Mundial de Rally.
También a nivel legislativo, hay medidas rápidas y de alto impacto. La frenar la actual discusión de la Ley de Pesca, que sólo agravaría la crisis, y de paso autorizar la captura industrial de jibia, por ejemplo, podría reactivar significativamente al sector pesquero, generando unos 1.500 empleos. Asimismo, en el sector forestal es vital incentivar la plantación de pinos entre pequeños propietarios agrícolas, apoyando la industria secundaria de la madera y la construcción de viviendas sostenibles. Se trata de un área productiva clave en todo el Biobío, que ha sufrido de violencia terrorista. Otra de las ideas manifestadas, en el ámbito de las ciencias, son el centro de monitorio satelital que la FACH tiene considerado instalar en terrenos del aeropuerto Carriel Sur, aprovechando la mano de obra, profesionales y la oferta académica que ofrece la región.
Para garantizar la efectividad de estas iniciativas, es imprescindible la creación de una “ventanilla única” que coordine los esfuerzos de diversos ministerios y entidades gubernamentales. El Ministerio de Economía, en mi opinión, debería liderar este proceso, evitando la dispersión y asegurando una gestión unificada.
Aprender de experiencias pasadas como las reconversiones de Schwager y Lota es crucial. Debemos actuar con determinación y claridad para evitar errores anteriores y asegurar un futuro para miles de familias que quedaron en la incertidumbre tras el anuncio que pone término a una parte importante de la historia del Biobío, cuyos efectos serán inmediatos.