Opinión

La ruta Made in Chile

En nuestras universidades y liceos técnicos sí podemos encontrar máquinas industriales de punta en tecnología.

Por: Diario Concepción 15 de Agosto 2024
Fotografía: Cedida

Paulette Ponce
Desarrolladora mecánica del Centro Para la Instrumentación Astronómica, CePIA
Departamento de Astronomía UdeC

¿Seremos capaces de crear un Curiosity chileno? Probablemente sí, aunque la respuesta no es tan fácil de asimilar. Al leer la frase “hecho en Chile” pareciera que no puede vivir fuera del mundo de la artesanía.

La realidad es que en Chile sí tenemos formación técnica e ingenieril en la industria de productos y servicios, y el fomento al emprendimiento en tecnología está presente en programas de financiamiento público y privado. Pero entonces, si hay financiamiento y tenemos a las personas formadas, ¿por qué no vemos tecnología chilena? Lo que aquí no cuadra es que no estamos interesados en fabricar el producto completo, el foco es otro. La cuarta revolución industrial llegó de la mano de la inteligencia artificial y la explotación de los datos, asimismo el financiamiento apunta hacia aquellas ideas que involucren mantenimiento predictivo, automatización robótica y desarrollo de “digital twins”. Pero es un error dejar de lado la fabricación propia porque estas maravillosas innovaciones se verán limitadas por lo que puedan encontrar en el mercado, desechando oportunidades de diseño a medida.

En nuestras universidades y liceos técnicos sí podemos encontrar máquinas industriales de punta en tecnología, desde fresas CNC que tienen hasta 4 o 5 ejes, tornos CNC con capacidad para automatizar recambio de piezas durante el mecanizado, Waterjets, brazos robóticos montados en estructuras de hasta 10 metros, y sin olvidar las tecnologías de prototipado rápido como impresoras y escáneres 3D, estereolitografía, corte láser y muchas otras. En el mundo de la manufactura la creatividad te puede llevar por múltiples maneras de llegar a un mismo resultado, el desafío es encontrar una máquina cuando la necesites y que el costo de producirlo sea el menor posible. Una pista para el éxito es la colaboración industria-educación.

¿Qué hacemos actualmente si queremos un producto? La importamos desde Brasil, China o Estados Unidos, aportando nuestro granito de CO2 al coste de fabricación y transporte, sin mencionar los largos tiempos de espera para finalmente tenerla en tus manos. Yo prefiero buscar soluciones locales y usar las máquinas que tenemos a disposición, y no solo yo, desde CePIA colaboramos activamente con el Liceo Bicentenario de Excelencia Industrial de Concepción, la Universidad de Chile, maestranzas locales, y seguimos buscando nuevas alianzas para darle un espacio a la producción “Hecha en Chile” de instrumentos para la astronomía.

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