No son solo números

18 de Julio 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Hoy en día en nuestra región la oferta habitacional escapa de la capacidad de ciudadanos en situación de vulnerabilidad.

Valentina Monsalves
Directora regional de TECHO-Chile en Biobío.

La crisis habitacional no da tregua. Nuestra región es la segunda con mayor cantidad de campamentos según el último Catastro Nacional de TECHO-Chile. De acuerdo con la actualización de MINVU en 2024, son 225 Campamentos los que alberga Biobío, y en nuestro catastro, actualmente en desarrollo, son 280 las visitas a realizar, clara evidencia de una tendencia de aumento en los números.


¿Pero qué está detrás de esas cifras? Más de nueve mil familias y más de siete mil niños menores de 14 años que cada año se enfrentan durante el invierno a colchones mojados, ropa mojada, paredes que quedan humedecidas hasta el verano y accesos imposibles de transitar durante emergencias como son los anegamientos.

Acerca de las razones por las que las familias llegaron al campamento, en más del 83,8% de estos espacios en la región, más de la mitad de las familias indica que es por la necesidad de independencia, debido a que antes vivían de allegados. Un dato relevante, es que más de un 62% manifiesta que llegaron al campamento por el alto costo de los arriendo y bajos ingresos.


Si tan solo fueran números, pero no es así. Las cifras se traducen en cientos de familias que han sido expulsadas a vivir en la informalidad por no poder acceder a ninguna otra alternativa en el mercado formal de vivienda, llegando a vivir en espacios donde no pueden acceder a los servicios básicos de manera formal.

Hoy en día en nuestra región la oferta habitacional escapa de la capacidad de ciudadanos en situación de vulnerabilidad, e incluso de aquellos que pertenecen a la clase media.


Necesitamos que se ataje el problema antes y se apoye a las familias que también son parte del déficit habitacional -como aquellas que viven en hacinamiento o bajo contratos abusivos- antes de que se vean obligadas a recurrir a un campamento como última opción.

Actualmente la espera promedio para la entrega de proyectos de vivienda definitiva fluctúa entre cinco y quince años, por lo que es fundamental que pensemos en estrategias transitorias -como son los subsidios de arriendo y barrios transitorios, entre otras- que vayan pavimentando el camino hacia el acceso a vivienda adecuada.


¿Qué pasa con el sentido de urgencia? A raíz del riesgo constante que viven las personas en campamento debiera existir un compromiso país, porque no son solo números, son cientos de familias a las cuales se les ha dado la espalda.