Lo que no se mide no se puede mejorar

29 de Junio 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Sofía Nova Aravena
Estudiante de Administración Pública y Ciencia Política UdeC- Centro de Estudios Europeos UdeC

Los efectos del cambio climático son cada vez más palpables y la necesidad de acciones es innegable. Entre el 3 y 13 de junio de 2024, miles de personas fueron testigo de intensas conversaciones en el marco de la Conferencia sobre el Clima de Bonn (SB60), evento que trazando el camino para las conversaciones de la COP29 en noviembre evidenció tanto avances como desafíos en la lucha contra el cambio climático. El GST instó a las partes a contribuir a los esfuerzos globales para abandonar los combustibles fósiles y se presentó en Bonn como un llamado a la acción. Llamado que, junto a las NDCs, Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) y asuntos conexos, convergió en una particularidad: el financiamiento climático.


El financiamiento climático fue un eje transversal durante las discusiones de la SB60 y culminó con un documento de entrada de 35 páginas enmarcado en el NCQG, que busca superar los 100 mil millones acordados en 2009. Sin embargo, este tema apareció -y sin sorpresa- en distintos ítems de discusión de manera justificada. Existe consenso en que los países deben aumentar su compromiso y ambición, y para ello es necesario un financiamiento que considere la disponibilidad, capacidad de las partes y el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. No se han definido los mecanismos de apoyo financiero hacia países en desarrollo, ni los principios que guiarán el proceso, y las discusiones no avanzaron en cómo medir el mismo para analizar las medidas climáticas; de hecho, hubo un retroceso al eliminar medios de implementación en adaptación. Al respecto, diversos países se adhieren a mecanismos de financiamiento que no agraven su situación económica y deuda, y sostienen la necesidad de financiamiento para actualizar sus NDC, la adaptación y medir sus acciones.

Para no superar los 1,5ºC de aumento de temperatura global se requiere una cooperación global solidaria que avance sustantivamente en un financiamiento climático transparente. La SB60 dejó un precedente para las negociaciones de noviembre, afirmando que es necesario y urgente concretar el NCQG y movilizar el financiamiento en todas las áreas y etapas para estar al tanto de qué, cómo y cuánto dinero se está destinando a la lucha contra el cambio climático. El éxito de la COP29 dependerá en gran medida de la capacidad de las partes para llegar a acuerdos sobre financiamiento climático y convertir estos en acciones concretas, acciones que puedan medirse y, por ende, mejorarse.