Opinión

Rendimiento deportivo y esteroides

Por: Diario Concepción 25 de Junio 2024
Fotografía: Cedida

Marisol González
Académica Facultad de Medicina UCSC
Integrante de Prosalud UCSC

Los esteroides anabólicos androgénicos son variantes o derivados sintéticos de una hormona llamada testosterona, que se produce en mayor cantidad en hombres, y en menor cantidad en mujeres. Es prescrito bajo indicación médica en situaciones puntuales, como por ejemplo en enfermedades con disminución de masa muscular esquelética, osteoporosis, o cuando hay retraso en la pubertad por deficiencia de la hormona.

Sin embargo, ha sido utilizado sin indicación y de manera ilegal por deportistas y fisicoculturistas, pero también por usuarios de gimnasios de distintos grupos etarios, siendo los jóvenes e incluso adolescentes quienes han aumentado su uso durante la última década, con el fin de mejorar tanto el rendimiento físico y deportivo, como el aspecto físico. Lamentablemente, el exceso produce efectos adversos y consecuencias negativas en la salud.

De acuerdo con la vía de administración, los esteroides anabólicos podemos encontrarlos generalmente orales (absorbidos a nivel gastrointestinal) o inyectables (de uso intramuscular), mediante tres acciones. La primera es por retención de nitrógeno con una mejor utilización de la ingesta proteica; la segunda, es por estímulo del sistema ARN-polimerasa, dado por unión o interacción entre el esteroide anabólico androgénico y su receptor, aumentando la masa muscular esquelética y la eritropoyetina, entre otros; y finalmente, una tercera acción anti catabólica.

Asimismo, el uso de esteroides anabólicos androgénicos puede producir diversas alteraciones., entre ellas, hepáticas; sexuales, como infertilidad, disfunción eréctil, atrofia testicular, amenorrea en mujeres y atrofia mamaria; alteraciones cardiovasculares, como la disminución del colesterol HDL y aumento del LDL, riesgo de infartos agudos al miocardio, riesgo de hipertensión arterial; y retención de agua y sodio.

También hay factores psiquiátricos, como el aumento de la irritabilidad, alteración del estado de ánimo, propensión a trastornos depresivos, agresividad, insomnio y alteración de la libido; alteraciones estéticas como la alopecia, aumento de peso y efecto masculinizante en mujeres; dermatológicas, con desarrollo de acné; endocrinológicas, como el aumento resistencia a la insulina e hipogonadismo; alteraciones renales y urológicas; e infecciones y alteraciones sanguíneas que provocan formación de coágulos, entre otros.

Si bien, de acuerdo a la evidencia y estudios científicos realizados, la mayoría de estos efectos adversos puede revertirse, lamentablemente las comorbilidades asociadas y el gasto monetario que conlleva, no.

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