Pablo S. Amaza Castro
Colaborador académico del CEE UdeC
Cada 5 años, las elecciones del Parlamento Europeo brindan a sus ciudadanos la oportunidad de expresar sus prioridades y preocupaciones ante los desafíos actuales, mostrando así la diversidad del espectro político Europeo reflejada en los candidatos y partidos compitiendo por escaños.
Al respecto, un análisis preliminar de los resultados sugiere un avance considerable de los partidos de ultraderecha, especialmente en Estados clave dentro de la UE como son Alemania y Francia. Sin ir más lejos, la significativa derrota sufrida por el presidente Macron le llevó disolver la Asamblea legislativa, adelantando las elecciones legislativas para el próximo 30 de junio. Con resultados aún inciertos.
Sin embargo, pese a lo que pudiera parecer de este escenario, el avance de la ultra derecha no fue uniforme, ya que países del norte de Europa como Dinamarca, Suecia, Finlandia y Bélgica experimentaron resultados inesperados que se traducen en una disminución de dicha tendencia.
De esta forma, si comparamos con los resultados de procesos anteriores, son los grupos tradicionales y proeuropeos quienes siguen dominando las votaciones dentro del Parlamento Europeo, al mantener su posición preeminente en la distribución de escaños. Ello es un reflejo del compromiso de los ciudadanos europeos con el proyecto de la Unión, ello pese a las tensiones y desafíos sin precedentes que han surgido en los últimos años.
Para nosotros, desde el confín del mundo, ha de ser crucial comprender que los resultados de estas elecciones no solo impactan en Europa, sino que también tienen repercusiones globales de carácter significativo. La Unión Europea es una de las entidades políticas y económicas más influyentes del mundo, y las decisiones tomadas en el Parlamento Europeo pueden tener efectos transversales y cruciales desde ámbitos cotidianos, hasta áreas más complejas, que abarcan desde el comercio internacional a la lucha contra el cambio climático.
Es mediante procesos democráticos como el presente que la política se legitima y se vuelve parte del día de los ciudadanos.