Opinión

Una Europa geopolítica y hobbesiana

Por: Diario Concepción 25 de Mayo 2024
Fotografía: Cedida

Millán Requena Casanova
Académico de la Universidad de Alicante (España)

Tras la caída del muro de Berlín, Europa asumió un ideario kantiano basado en una “pax americana”, asentada en pilares como la expansión de la economía de mercado – auténtica “religión global”-, la ausencia de una amenaza existencial (tras la desintegración de la Unión Soviética y de su alianza militar, el Pacto de Varsovia), y el paraguas militar (¿perpetuo?) de EE.UU. y la OTAN. La guerra en Ucrania, los temores cada vez más verbalizados de los Estados bálticos ante una acción militar de Rusia en su territorio y un mundo en creciente tensión (guerra de Gaza, ataques directos entre Israel e Irán o la desestabilización del Sahel), han cambiado radicalmente el entorno de seguridad de Europa, en comparación con 1990. En paralelo, la cooperación militar entre Rusia, Irán y Corea del Norte se estrecha.

El proyecto europeo está en plena evolución hacia un modelo geoestratégico con el foco puesto en la defensa para protegerse de la amenaza existencial que supone Rusia, que impugna el orden de seguridad europeo, con los bálticos y Transnistria como zonas calientes. No es nada nuevo que el modelo de la UE ha avanzado a golpe de crisis: financiera (fortaleciendo la gobernanza económica), sanitaria (eurobonos) y, ahora, de seguridad enmarcada en la defensa. En un contexto de guerra sobrevolando por Europa, la defensa no se puede subarrendar en exclusiva a Estados Unidos, más aún con la incertidumbre añadida de las presidenciales del 5 de noviembre. Por ello, varios representantes de la UE abogan por apuntalar la autonomía estratégica. Lo ha dicho el Comisario europeo de Mercado Interior: “La UE debe ampliar la industria de la defensa para hacerse cargo de su propia seguridad”. Los 23 Estados miembros de la UE que también forman parte de la OTAN han asumido el compromiso de gastar en defensa al menos el 2% del PIB, tanto por Ucrania como por la propia seguridad europea.

Europa vive un momento hobbesiano ante el temor a una expansión militar rusa hacia el Báltico utilizando el enclave ruso de Kaliningrado, antigua Königsberg y ciudad natal de Emmanuel Kant… paradojas de la vida. Este contexto impone invertir en defensa de forma suficiente para disuadir al voraz revisionismo ruso. No se trata de una verborrea belicista. El gasto en defensa durante décadas no aumentó los riegos de escalada bélica entre Europa Occidental y la URSS y el Pacto de Varsovia. Más bien la disuadió.

Cuestión distinta son las irresponsables palabras de Macron en las que no descartaba el envío de tropas francesas a Ucrania, lo que convertiría a Francia en beligerante y, por tanto, a su territorio y población como legítimo objetivo militar de Rusia. Ha bastado la visita del presidente chino Xi Jinping para que Macron haga un arabesco y abogue ahora por una solución negociada al conflicto, como acaban casi todas las guerras.

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