Opinión

¿Por qué celebrar el Día de Europa?

Los líderes europeos de la post-guerra oyeron a Schuman y volcaron todas sus energías en ir consolidando el proyecto común europeo -hoy, Unión Europea-.

Por: Diario Concepción 11 de Mayo 2024
Fotografía: Cedida

Paula Cortés
Centro de Estudios Europeos (CEE)-UdeC.

Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunció el 9 de mayo de 1950 la declaración que lleva su nombre. En este discurso se proponía la creación de una comunidad franco-alemana para aprovechar conjuntamente el acero y el carbón de ambos Estados. Si contextualizamos, esa declaración fue pronunciada a sólo cinco años del término de la guerra más devastadora de la historia, en la cual franceses y alemanes tuvieron roles antagónicos.

La Declaración Schuman aún nos hacen reflexionar: “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan”. Hoy, cuando la guerra ha vuelto a territorio europeo debido a la invasión de Rusia a Ucrania y en donde vemos a diario la comisión de crímenes de guerra en territorios palestinos ocupados, no es díficil preguntarse: ¿estamos hoy haciendo esos “esfuerzos creadores” para detener tanta barbarie? Al parecer, no.

Los líderes europeos de la post-guerra oyeron a Schuman y volcaron todas sus energías en ir consolidando el proyecto común europeo -hoy, Unión Europea-, a través del cual han logrado mantener la paz entre sus miembros y han alcanzado prosperidad y estabilidad. Y si bien hoy, a un mes de las elecciones parlamentarias en dicho bloque, existen temores que el triunfo de ideas extremistas -imbuidas de añejos aires nacionalistas y populistas- puedan desestabilizar el bloque, el nivel de integración logrado ha sido tan profundo que tomaría décadas poder deshacer los acuerdos ya logrados y hacerlo tendría consecuencias devastadoras.

Es que al parecer, la Unión sí hace la fuerza, y si bien podemos criticar la débil respuesta política europea en los conflictos bélicos antes mencionados, creo que recordar a diario la valentía y visión de los líderes europeos de la post-guerra, no sólo debería ser tarea de los actuales políticos europeos, sino de los líderes de cada una de las naciones que componen la comunidad internacional. En tiempos aciagos, deponer las armas, estrechar la mano de quien ha sido mi enemigo e incluso permitir que se convierta en mi futuro socio, exige una grandeza de espíritu pocas veces vista en la historia de la humanidad. Y así, como Schuman y sus socios europeos se atrevieron a hacer historia, el “Día de Europa” es entonces un llamado para todos a soñar en grande, que un mundo mejor y en paz es posible.

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