Dr. Ricardo Barra R.
Director Centro EULA UdeC
La organización para el desarrollo y la cooperación económica (OCDE), de la cual Chile es parte hace más de 10 años, acaba de realizar la tercera evaluación del desempeño ambiental del país desde 2016 hasta la fecha. Por supuesto, hay buenas y también malas noticias. Las buenas son los avances en materias de cambio climático con la ley de cambio climático, la protección a la biodiversidad con la creación del Servicio de Biodiversidad y áreas protegidas, así como los avances en la incorporación de energías renovables en la matriz energética del país y el avance que significa la firma del Acuerdo de Escazú. Sin embargo, el informe indica que el país ha avanzado poco en la ruptura del vínculo entre crecimiento económico y la presión sobre el medio ambiente y se nos señala que no estamos en un buen camino para lograr la carbono neutralidad para el 2050.
El tema de la contaminación atmosférica figura como preocupante, pues mostramos concentraciones de material particulado, casi en el doble que el promedio de los países de la OCDE, en varios centros urbanos del Centro sur de Chile. Además, el informe señala que mostramos poco avance en el tema de la gestión de los residuos (basura y residuos industriales) y casi todo va a parar a los rellenos sanitarios, sin avanzar en forma significativa en la tan anhelada economía circular, de la que tanto se habla, pero poco se hace.
Un tema abordado en la evaluación se refiere a la gestión del agua, donde el país presenta las mayores debilidades debido a la megasequía que nos afecta, pero también por la falta de la adecuada gestión del agua a través de una sola autoridad central, además de la necesaria gestión a nivel de las cuencas hidrográficas.
En esto último hemos sido majaderos, pero al parecer no logramos convencer ni a autoridades ni al sector privado de lo necesario que es avanzar en esa dirección, o bien nos falta trabajar en cómo se podría implementar esta iniciativa.
Estos informes son relevantes, porque han sido un fuerte llamado de atención a nuestro país y han permitido establecer la estructura que tiene hoy en día el sistema de gestión ambiental en el país.
El informe también señala que la financiación ambiental es insuficiente si es que queremos cumplir los compromisos ambientales del país y que es necesario mejorar los denominados impuestos verdes, así como eliminar los subsidios a los combustibles contaminantes (el diésel es un claro ejemplo de ello, indica el informe). Todas estas medidas que propone la OCDE son con el objetivo de avanzar en una gestión más eficiente y sostenible de nuestro medio ambiente.
Como lo señala el informe, el romper el paradigma de crecimiento económico versus protección ambiental es una de las tareas más importantes que tenemos como país, pero para ello debemos avanzar en más diálogo y construir las confianzas para que esto sea efectivo, porque es lo que tensiona el desarrollo de nuestra región y el país. Los invito a revisar el sólido informe de la OCDE, pues se convierte en una guía de qué hacer en los próximos años en materia ambiental.