Opinión

Continuidad de Huachipato: una decisión estratégica

Por: Equipo Digital 26 de Marzo 2024
Fotografía: Cedida.

Lorenzo Reyes Bozo
Decano Facultad de Ingeniería
Universidad Autónoma de Chile

En el tejido industrial, cada cierre de una fábrica o suspensión de operaciones, cuenta una historia de lucha contra los embates económicos que sufre la producción. Un ejemplo es el caso de la siderúrgica Huachipato, ubicada en la Región del Biobío, cuyo anuncio de cierre constituiría el fin de un polo industrial del sur de Chile.

El desenlace de esta compañía tiene sus raíces en la competencia gestada en China. La inundación del mercado latinoamericano con acero de ese país -hasta un 40% más barato-, ha impactado a la industria nacional. Durante décadas, China fue un actor principal en la cadena de suministro mundial, importando gran parte del acero que necesitaba.

Pero los tiempos cambiaron y esa nación emergió como exportadora de acero, representando actualmente más de la mitad de la producción mundial. Este cambio, de importador a exportador, ha desencadenado una cascada de efectos en las economías regionales, particularmente, en América Latina.

Huachipato, la más impactada por esta situación descrita, es una empresa con más de 70 años de historia que se erigió como un pilar del desarrollo local en el Biobío, alcanzando alrededor de 2.500 puestos de trabajo, además del empleo indirecto. En paralelo, la compañía presenta otro beneficio: estaba conectada con el proceso formativo de nuevos profesionales universitarios en áreas como la metalmecánica.

La continuidad operacional de este tipo de empresas no es una decisión meramente económica, pues tiene impacto en el articulado industrial regional, en el desarrollo local y el empleo.

Por lo tanto, la decisión de continuidad operacional es una decisión política-estratégica, que debe considerar los aspectos técnicos, territoriales y los impactos geopolíticos. Por ejemplo, países como Brasil y México han optado por blindarse comercialmente, imponiendo aranceles y medidas antidumping para proteger sus industrias siderúrgicas.

Estas decisiones van más allá de la economía. Se trata de un ejercicio de soberanía y autodeterminación económica. El blindaje para Chile debe considerar la balanza comercial, pues importantes sectores industriales como el cobre, cerezas, salmones y celulosa tienen como principal destino el gigante asiático. Ante este escenario, China podría incrementar los aranceles para dichos productos si nuestro país sube el arancel al acero de oriente.

Lo ocurrido con la siderúrgica es un símbolo de los desafíos que enfrentan las economías emergentes en un mundo cada vez más interconectado. Es un recordatorio de la necesidad de políticas industriales activas y de la importancia de salvaguardar áreas estratégicas para el desarrollo nacional, lo que permitirá dar sustentabilidad a sectores industriales chilenos.

La situación de esta firma es una llamada de atención para repensar las prioridades país y tomar medidas con visión a largo plazo y no solo mirando la dimensión económica. Es un llamado a la acción para diseñar políticas públicas estratégicas que permitan dar valor a la industria nacional y forjar un futuro económico sostenible.

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