Ser feliz, orgullosos de nuestras diferencias

20 de Marzo 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Marcela Mora

De esta forma, se genera una sensación de tranquilidad y aceptación de sí mismos, lo que nos hace poner el foco en nuestro interior.

Marcela Mora Goth
Jefa de carrera de Psicología UCSC

El concepto de felicidad está incorporado en los seres humanos como algo que debemos alcanzar en algún momento de nuestras vidas. En muchos casos, está distorsionado por lo que nos transmiten los medios de comunicación, historias de otros, creencias transmitidas transgeneracionalmente, etc.

Cuando tratamos de explicar en qué consiste, es muy probable que nos encontremos con distintas visiones, cada una tan válida como la otra, ya que guardan directa relación con cuáles son nuestras creencias, discursos históricos y expectativas con respecto a la vida.

Durante nuestra vida es muy probable que la concepción de este concepto cambie, ya que tiene que ver con las distintas etapas del desarrollo por las que vamos atravesando y por cuanto ha sido el tiempo que hemos invertido en nuestro desarrollo personal. Por ejemplo, cuando somos pequeños asociamos la felicidad a tener algún juguete que anhelamos o pasar tiempo junto a nuestros seres queridos, sin embargo, a medida que crecemos esto se va tornando más complejo.

El concepto que cada uno de nosotros tenemos sobre lo que es ser feliz, está vinculado directamente al desarrollo de nuestra identidad, la que pasará a configurar a futuro nuestra personalidad. El ser capaz de diferenciarnos de nuestra familia de origen no implica únicamente un distanciamiento físico, como un cambio de casa, sino que revisar cuáles de las creencias, valores y visiones de mundo que nos transmitieron realmente nos hace sentir representados. De esta forma, podemos construir nuestro propio camino sin temor a ser juzgados por ser diferentes.

Cuando logramos realizar este proceso de diferenciación no sólo de nuestra familia, sino que también de nuestro entorno, es cuando enfocamos nuestras acciones en conseguir lo que realmente nos hace sentir felices, es decir, atravesar por un proceso de autoconocimiento para ser consciente de quienes somos, nos hace ser coherentes con lo que declaramos y lo que hacemos. Cuando hemos vivido una vida centrados en la victimización por lo que nos tocó atravesar en algún momento, es cuando ponemos el foco en la carencia y no en el potencial que se tiene para salir adelante, sin compararnos con el resto.

Ser feliz implica sentirnos orgullosos de nuestras diferencias, cuando hemos logrado integrarlas como valiosas y parte de nuestro sello distintivo. De esta forma, se genera una sensación de tranquilidad y aceptación de sí mismos, lo que nos hace poner el foco en nuestro interior, más que buscar algo externo como el motivo de nuestra felicidad.