Opinión

Didáctica y salud

Por: Diario Concepción 12 de Marzo 2024
Fotografía: Paola Pinilla

Paola Pinilla Hormazábal
Académica de la Facultad de Medicina Ucsc

Considerando que el juego en sí mismo es saludable, resulta una estrategia eficaz y entretenida para influir positivamente en que las personas tomen decisiones responsables sobre su salud, lo cual es el objetivo central de la educación en salud.

El juego impacta en diferentes áreas. Actividades lúdicas ligadas al deporte, que generan movimiento, requieren destreza y ejercicio influyen positivamente en la salud física, es el caso de los deportes y juegos clásicos como el “pillarse” o las “carreras de tres pies”. Estos mismos juegos y otros que requieren trabajo en equipo, estimulan la salud socioemocional y en la salud mental de los individuos, como así también juegos de competencia jocosos que, mientras se den en un clima respetuoso, ayudan a distender el ambiente y contribuyen a la relajación de las personas, ejemplos de esto pueden ser el ludo, los juegos de cartas o la yenga, entre muchos otros.

Y aunque habitualmente se exacerban sus efectos negativos, en la revisión de la literatura se describe el potencial de los videojuegos como herramienta para el aprendizaje y el desarrollo. Indiscutiblemente, las próximas generaciones de juegos tiene a la tecnología como elemento central.

Pero más allá de su capacidad genérica para contribuir al bienestar de las personas, dentro del ámbito de la educación en salud, hay diversos juegos diseñados específicamente para promover buenos hábitos. Recientemente, en España se ha presentado Healthy Jeart, una aplicación para celular y tablet dirigidas a niños y adolescentes, que tiene como objetivo la promoción del ejercicio físico, alimentación, bienestar físico, uso de nuevas tecnologías y tóxicos-adicciones, entre otras. Para público adulto se ha visto que algunos videojuegos pueden contribuir positivamente en la estimulación de la capacidad funcional y física, los aspectos biopsicosociales, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.

Sin embargo, la incorporación de lo tecnológico no ha desplazado a los juegos tradicionales, más aún cuando se les da un giro innovador, como es el caso de una interesante experiencia con escolares, en la que se usan juegos de mesa, pero gigantes, donde el tablero puede ser una sala y las fichas personas, el cual contribuye a mejorar las relaciones interpersonales, el ánimo positivo y al aumento de los niveles de actividad física y motricidad.
Tradicional o tecnológico, el juego es eficaz para promover la vida sana, demostrando versatilidad y valor en la educación en salud. ¡A jugar!

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