Si de verdad queremos asegurar la preservación ecosistémica necesitaremos conocer el caudal de cada una de las cuencas.
Dra. Amaya Alvez Marin
Facultad Cs. Jurídicas y Sociales-UdeC
En marzo de cada año se conmemora el Día Mundial del Agua. Este año la ONU lo ha intencionado como”Agua para la Paz”, pues el objetivo es reflexionar sobre la cooperación para enfrentar conflictos en torno a los recursos hídricos.
El año 2024 trae mejores noticias en esta materia. La reciente reforma al Código de usos de las Aguas establece una prelación en los usos e incorpora el reconocimiento del derecho humano al agua y al saneamiento. Esta prelación se refiere a un orden de prioridad o preferencia que se asigna a los diferentes usuarios de recursos hídricos. Así, en el artículo 5 bis del reformado Código de Aguas se establece que las aguas cumplen diversas funciones, principalmente las de subsistencia, que incluyen el uso para el consumo humano, el saneamiento y el uso doméstico de subsistencia; las de preservación ecosistémica, y las productivas.
Además señala que siempre prevalecerá el uso para el consumo humano, el uso doméstico de subsistencia y el saneamiento, tanto en el otorgamiento como en la limitación al ejercicio de los derechos de aprovechamiento.
Esto supone un gran giro en la regulación de las aguas en Chile, alejándonos de la comodificación y el mercado de las aguas consagrados en el Código que data de 1981, y que además está protegido a través de la norma de propiedad de la Constitución.
La reforma reconoce el interés público asociado a los derechos respecto de las aguas, el beneficio colectivo y la búsqueda de un equilibrio entre la eficiencia y la seguridad hídrica.
La pregunta que podemos hoy plantearnos es, ¿de qué forma el Estado ejercerá esta potestad regulatoria para adecuar y limitar la asignación y ejercicio de los derechos de aprovechamiento de aguas que aseguren estos usos prioritarios?.
Si de verdad queremos asegurar la preservación ecosistémica necesitaremos conocer el caudal de cada una de las cuencas, con información actualizada y precisa, así como los derechos de aprovechamiento otorgados e inscritos. Necesitaremos además la voluntad política para dejar atrás miradas que ven al agua como un recurso exclusivamente productivo, para avanzar hacia la consideración del agua como un elemento vital para la subsistencia del planeta.