Opinión

La falacia de la automaticidad

Por: Diario Concepción 07 de Marzo 2024
Fotografía: Francisco Gatica

DR. FRANCISCO GATICA NEIRA
Economista Observatorio Corbiobío Académico UBB

La noticia del IMACEC de enero del 2.5% fue bien recibida por diferentes agentes económicos. Siendo todavía cautelosos, tenemos mejores expectativas de crecimiento para el 2024. Nuestra Región ya comenzó a experimentar las primeras señales de recuperación en el tercer trimestre del 2023, presentando un crecimiento del 5.4%, explicado por la manufactura, los servicios y otros bienes.El 2024 debe(ría) ser el año de la recuperación económica. Las variables de in- certidumbre institucional local se han ido disipando y los vectores de mayor incertidumbre provienen principal- mente de fuera del país: la tensión en Medio Oriente, la invasión a Ucrania, el crecimiento chino esperado del 5% y el comportamiento de las tasas de interés en EE.UU. Este último ha afectado el precio del dólar, por el efecto del diferencial de tasas de interés, lo que se suma a un precio del cobre que no ha logrado mejorar. Según datos de Cochilco, el precio promedio 2023 fue de 407 centavos la libra (c/lb) y en lo que va el 2024 sólo tenemos un promedio de 377 c/lb.

Pese al alto precio del dólar (hoy en $977), lo que afecta el costo de los combustibles y otros insumos importados, las expectativas del mercado es que la inflación se acercará a la meta del 3% anual. Por tanto, debemos esperar que las tasas de interés sigan bajando permitiendo reactivar el consumo y la inversión. Si analizamos los datos del Banco Central, en el tercer trimestre 2023, el consumo de los hogares se contrajo en casi todas las regiones del país, reduciéndose el gasto en bienes durables y no durables. La recuperación del crecimiento 2024 pasa por la reactivación del consumo, lo que se asocia al menor costo de endeudamiento y a las mayores expectativas
económicas de las familias.

La baja confianza de los hogares se explica, en parte, por una tasa de desocupación del 8.4% y lo que más preocupa es que un 27.6% de los ocupados están en la condición de informalidad. En definitiva, necesitamos un mayor crecimiento económico para emplear a los nuevos ingresantes al mercado laboral y para que, al mismo tiempo, la informalidad se reduzca.

Sin embargo, todo el análisis formal de cifras y sus relaciones nos puede llevar a caer en la “falacia
de la automaticidad”. En pensar que la sola mejora de las expectativas económicas nacionales basta para mejorar la economía de nuestra Región. Pensar eso es un grave error. El crecimiento económico regional depende de un con- junto de actores públicos y priva- dos locales que están buscando crear nuevos proyectos, instalar nuevos negocios o estimular la generación de nueva inversión.

Cuando una región tiene líderes, tenemos una espiral virtuosa del desarrollo: una ciudad atractiva para vivir, más capital humano calificado, la creación y la difusión de nuevo conocimiento, creación de nuevas empresas de base tecnológica, una ciudad más atractiva para vivir y así sucesiva- mente.

No debemos olvidar que el crecimiento económico no es un pro- ceso automático, sino que lo mueven las personas que están en los territorios. Desde hace más de 30 años que nos preguntamos qué le falta a la Región del Biobío. La res- puesta siempre ha sido la misma: le faltan líderes que piensen el futuro, porque todo lo demás está disperso en nuestro territorio.

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