Opinión

Agua para la Paz: ¿cómo contribuye la ciencia?

Por: Diario Concepción 06 de Marzo 2024
Fotografía: Cedida

DR. RICARDO BARRA RÍOS
Director Centro EULA UdeC

Este 22 de marzo, el lema para el día mundial del agua 2024 es “agua para la paz”, considerando que una paz duradera depende del agua y que el agua nos puede sacar de una crisis donde los conflictos por acceder a este vital recurso, tanto en calidad como en cantidad, se acrecientan a nivel global y, por supuesto, en nuestra región.

La pregunta que surge desde la ciencia es entonces: ¿cómo contribuimos a este noble objetivo? Estamos como país enfrentando una severa crisis hídrica en todo el centro sur del país, zona que concentra la mayor parte de la población, y también tenemos problemas en la distribución del agua.

En un análisis realizado por el Centro EULA durante el 2023, indicábamos que hay una serie de condiciones que se requieren para que dotemos a nuestra sociedad de agua para todos sus requerimientos, y uno de ellos es saber cómo circula el agua, cuánta agua tenemos a disposición, qué calidad tiene y hasta cuándo podremos extraer recursos superficiales y subterráneos para abastecer comunidades y actividades productivas, sobre todo cuando desconocemos, por ejemplo, donde están las aguas subterráneas, su volumen y calidad. El acceso a la información es un aspecto clave, pero esta tiene que ser generada también bajo rigurosos protocolos, que permita que las autoridades tomen decisiones en un ambiente con bajas incertidumbres. El cambio de los patrones del clima nos obliga a entender mejor cómo dichos cambios —que se expresan en un aumento gradual de la temperatura, la reducción de las precipitaciones y de los caudales de los ríos, un aumento de los eventos extremos de lluvias e inundaciones, y la reducción del volumen de agua subterránea almacenada— , nos impactan como sociedad.

Y allí es donde la ciencia puede hacer importantes aportes, que también requieren de un necesario apoyo desde instituciones como el Ministerio de Ciencia, los Gobiernos Regionales, y los Fondos para el desarrollo productivo, la innovación y el sector privado, para tener un mayor impacto en el aporte a las soluciones frente a esta crisis hídrica que nos impacta con mayores cos- tos económicos para todos.Debemos también mantenernos vigilantes del estado de nuestro ambiente hídrico, y seguir avanzando en estrategias colaborativas que puedan dar cuerpo a una gestión integrada del agua, esta no puede ser otra que una organización a nivel del espacio territorial conocido como cuenca hidrográfica. El tema del agua ha estado en la discusión pública hace décadas. De hecho, nosotros como Centro EULA, hace más de 30 años, lideramos un Programa de Monitoreo de la Calidad del Agua del Río Biobío, cada vez con menos apoyo por parte del sector privado de la región, un importante beneficiario y usuario del principal cuerpo de agua del sur de Chile.

Necesitamos desarrollar mejores estrategias, ojalá colaborativas, para abordar los grandes temas de nuestra región. Ocuparnos del principal recurso hídrico, el Biobío, se transforma en prioritario, si queremos hacer efectivo el lema de minimizar los conflictos que alteren la paz social y que nos permitan responder en forma más efectiva a la crisis hídrica que estamos viviendo hace más de una década.

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