Migración por la ruta diplomática

Se requiere que tal asunto se estudie como una prioridad.

Thiare Oñate Fuentealba
Ayudante Centro Estudios Europeos UdeC

Fenómenos como la migración ilegal son tan cotidianos que su importancia suele verse opacada con la normalización que como sociedad le hemos dado, se asume con frecuencia que las regulaciones nacionales serán suficientes para disminuir o controlarla, cuando en realidad trata de un problema de mayores aristas que podría resolverse mediante vías más complejas pero eficientes, la diplomacia.

Últimamente distintas naciones han estado trabajando en sus normativas relativas al ámbito migratorio. En Chile, hace poco más de diez días, se publicó la ley N°21655 que modifica la “Ley de migración y extranjería” y la que “Establece disposiciones sobre protección de refugiados”, normativa que pretende entre otras cosas agilizar la reconducción de personas migrantes que busquen entrar al país de forma ilegal aumentando el perímetro en el que podrían ser detectados a 10 kilómetros y modificar el procedimiento para ser considerado en condición de refugiado. Cada país intenta regular sus fronteras, pero esta clase de conflictos escapan a un problema macro y cuya solución requiere de esfuerzos multilaterales. Para ejemplificarlo, asuntos como la reconducción (hacia su nación de origen), relativa a qué pasará con la persona luego de que se le impida el ingreso irregular, no pueden funcionar sin el apoyo constante entre naciones dispuestas a llevar adelante políticas envueltas en un sentido humanitario que puedan situar la integridad humana como prioridad, pues el que una de las naciones implicadas en la reconducción se niegue a cooperar retrasa o dificultaría el procedimiento.

Dado a que todas las naciones requieren de orden sería buen momento de comprometerse a abrir la conversación ante una necesidad a la que no hemos podido dar solución. Se requiere que tal asunto se estudie como una prioridad y que la diplomacia abra camino hacia una ruta que permita conservar la integridad de sus afectados, volverse hacia una ruta diplomática.