Constelaciones satelitales para telecomunicaciones

29 de Febrero 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Catalina Medina Porcile
M. Sc. Ingeniera Eléctrica, U. de Chile
Integrante de Cepia, de la UdeC

Quizás muchos de ustedes han escuchado hablar de Starlink, pero les cuento que hay otras compañías de comunicaciones satelitales (Kuiper de Amazon, Telesat y OneWeb por nombrar algunas) intentando hacer exactamente lo mismo: entregar internet rápido y de bajo costo a cada rincón del planeta. Actualmente solo Starlink tiene más de 4mil satélites en órbita y esperan que ese número se eleve a 42 mil en los próximos años. El resto de las compañías también está desarrollando sus propias constelaciones, elevándose aún más la cantidad de satélites que surcarán nuestros cielos. Aunque para muchos poder estar conectados en cualquier parte del mundo puede resultar una ventaja, la verdad es que también hay grandes impactos negativos como resultado de esta tecnología.

Las comunicaciones satelitales de órbita baja (LEO) se caracterizan por utilizar satélites a una distancia relativamente corta a nosotros (no más de 2 mil kms). En comparación, las telecomunicaciones tradicionales son geoestacionarias, lo que significa que utilizan satélites a una distancia cercana a 36 mil kms. Utilizar órbitas bajas, como los satélites LEO, tiene la ventaja de que las señales demoran menos tiempo en enviarse (tienen que recorrer una menor distancia). Además, permite a los satélites viajar a una velocidad mayor, pudiendo recorrer el planeta completo en tan solo 90 minutos. Es por esto último que se utilizan constelaciones de satélites, porque proveen acceso a internet permanentemente en todo el mundo. Esto permite incluso acceder a internet en los polos y en el medio del océano.

A pesar de las grandes ventajas mencionadas, no se pueden obviar los impactos negativos asociados a estos satélites. Como científica veo muy de cerca un gran aporte a mi área al poder transmitir datos desde lugares remotos como la Antártida. Pero la Astronomía, por otra parte, se verá altamente perjudicada. Tendremos miles de satélites orbitando la tierra a cada instante y emitiendo señales mucho más potentes que las de estrellas lejanas, interfiriendo con la investigación de los telescopios. Posibles impactos negativos podrían ocurrir también cuando se acabe la vida útil de los satélites y se quemen en la atmósfera. Además, cada vez será más difícil estar en la naturaleza sin conexión, esencial en un mundo hiperconectado como el de hoy en día. Es necesario que las entidades reguladoras aborden estas problemáticas y así poder mitigar los impactos negativos de esta nueva tecnología que ha llegado para quedarse.