Carola Naranjo Inostroza
Psicóloga y antropóloga-experta en género
Los incendios, ya sean forestales o urbanos, son catástrofes que arrasan sin piedad, pero su impacto se siente de manera desigual. Las mujeres, especialmente aquellas que son jefas de hogar, enfrentan retos únicos que exigen una respuesta con perspectiva de género.
Reconocer y abordar estas diferencias no es solo un acto de justicia, sino un paso esencial hacia la eficacia y la resiliencia en la gestión de desastres. Los incendios no solo destruyen hogares y bienes, sino que también desmantelan redes de apoyo comunitario, vitales para muchas mujeres.
La respuesta a los incendios de la región de Valparaíso debe ir más allá de la reconstrucción material; debe reconstruir vidas y comunidades con una base sólida de igualdad de género. Esto implica adoptar estrategias específicas que atiendan las necesidades y desafíos únicos que enfrentan las mujeres en estas circunstancias:
Una de esas estrategia es la adopción de espacios seguros y especializados, es crucial establecer refugios seguros en la región, con servicios especializados para mujeres y niños y niñas. Estos deben proporcionar no solo un techo, sino también acceso a programas de socioeconómicos, ayudas y apoyo psicológico, especialmente para aquellas que han sufrido o corren riesgo de sufrir violencia de género. Por otro lado se necesita apoyo a la recuperación de la economía feminizada y sus emprendimientos, implementar programas de recuperación económica en la región de Valparaíso que prioricen a las mujeres afectadas por los incendios. Esto podría incluir microcréditos, formación profesional y asesoramiento para la reconstrucción de negocios, adaptados a las realidades y necesidades de las mujeres que han perdido sus medios de vida.
La atención a la salud sexual y reproductiva a menudo se pasa por alto en las respuestas a desastres. Es de suma urgencia facilitar acceso inmediato a servicios de salud reproductiva, incluyendo el suministro de anticonceptivos, atención prenatal y postnatal, y apoyo en casos de violencia sexual. Los servicios deben ser confidenciales, respetuosos y culturalmente sensibles, asegurando que las mujeres reciban la atención que merecen.
Por otro lado, la inclusión en la planificación y respuesta también es vital, asegurando que las mujeres de la región estén en el centro de la planificación y ejecución de la respuesta a los incendios. Las organizaciones de mujeres locales deben ser reconocidas como actores clave, aprovechando su conocimiento y experiencia para dirigir los esfuerzos de recuperación y garantizar que las voces femeninas sean escuchadas y sus necesidades, atendidas.
La tragedia de la región de Valparaíso es un llamado a la acción para que las respuestas a catástrofes sean inclusivas y sensibles a las desigualdades de género. Integrar estos principios en la respuesta a los incendios no solo es una cuestión de justicia y equidad, sino también un paso esencial hacia la construcción de comunidades más resilientes y preparadas para enfrentar los desafíos del futuro. La región puede emerger de las cenizas como un modelo de resiliencia y equidad, sentando un precedente para la gestión de catástrofes con una verdadera perspectiva de género.