Opinión

Desafíos y esfuerzos de convivir en instituciones educativas

Por: Diario Concepción 01 de Febrero 2024
Fotografía: Oscar Nail Kröyer

Dr. Óscar Nail Kröyer
Investigador responsable
Programa “A Convivir Se Aprende” en Biobío

Siempre es bueno referirse a los constantes desafíos y esfuerzos que implica la convivencia con otros dentro de las instituciones educativas. Si vamos, por ejemplo, a la definición de convivir, esta implica un compartir con el otro y, por lo tanto, se requiere del establecimiento de ciertas reglas y acuerdos que garanticen el bienestar de todas las personas implicadas. Es ahí donde surge un primer gran primer desafío, porque la convivencia, este compartir con el otro, es una tarea de construcción en la cual se asumen ciertas reglas consensuadas, sobre todo en los contextos que son educacionales. Esto aun cuando tengamos diferencias o desacuerdos entre nosotros. Otro aspecto que es interesante en materia de convivencia es la misión de compartir y convivir evitando los conflictos violentos. Este también es un esfuerzo conjunto, no sólo de algunos. Y es que todas las personas debemos tener dentro de nuestro quehacer comportamental este compromiso por evitar los conflictos violentos. En el fondo, el convivir implica siempre obtener el bien común de todas las personas. Es relevante que ese objetivo esté presente en nuestras decisiones cotidianas, justamente, para evitar los conflictos violentos.

De la misma forma, es importante hacer énfasis en algunos aspectos que se pueden abordar desde el punto de vista educativo y que pueden ayudar a que la convivencia sea parte de la pedagogía actual y del quehacer educacional en su conjunto. No necesariamente tenemos que estar siempre capacitándonos, a través un programa específico, sino que tenemos que volver a pensar que la pedagogía, como tarea, nos lleva a aprender a convivir.

En esa línea, es fundamental enseñar el desarrollo del pensamiento complejo, lo que, a su vez, implica el pensamiento crítico, ético y creativo. Es significativo que hagamos pensar a los niños y a los jóvenes en la realidad que vivimos. En base a esto, se debe ayudar a los estudiantes a pensar las situaciones de forma ética y también empujar ese pensamiento creativo.

Otro punto, y que se aborda en los textos de la educación, es cómo lograr una educación más dialógica, con mayor oralidad, para reforzar también las competencias democráticas de la vida cotidiana. Por lo general, la escuela tradicional está basada en el texto, en escuchar, en escribir y en leer, pero hay pocas acciones que nos empujen a hablar, a discutir con el otro y a argumentar nuestros pensamientos con las personas.

Es necesaria una educación que se establezca más, como dicen los especialistas, en los actos del habla, ya que es una herramienta que tenemos que cultivar, sobre todo hoy donde los espacios en lo que se puede utilizar son cada vez menos. Los tiempos que está un niño en la exposición de un teléfono, un televisor, o un computador, van quitando cada vez más esa convivencia hablada, conversada y también de nivel familiar.

Es por eso es primordial trabajar la construcción de los actos del habla en la escuela como un punto clave en el desarrollo social de la persona. Es quizás el acto más puro de la educación el que podamos conocer al otro a través de la conversación y ese espacio hay que retomarlo, cultivarlo y potenciarlo en las aulas.
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