PAMELA MALDONADO
Terapeuta Ocupacional
La guerra es una realidad desgarradora que afecta a comunidades enteras y personas en todo el mundo. Si bien los conflictos en Ucrania y la Franja de Gaza son geográficamente distantes para la mayoría de nosotros, su impacto se siente de manera global a través de los medios de comunicación. Las imágenes de destrucción, sufrimiento humano y pérdida de vidas inundan nuestras pantallas, y esto puede tener un costo significativo para nuestra salud mental. Uno de los trastornos más comunes asociados con la exposición constante a noticias sobre la guerra es el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Las imágenes gráficas y las historias impactantes pueden desencadenar respuestas emocionales abrumadoras, como pesadillas, flashbacks y ansiedad. Aunque no se haya vivido directa- mente el conflicto, la empatía y la identificación con el sufrimiento de las víctimas pueden llevar a síntomas similares a los experimentados por aquellos que han estado en situaciones de guerra.
Además del TEPT, la exposición prolongada a noticias de conflictos también puede contribuir al trastorno de ansiedad generaliza- da (TAG), la depresión y el agota- miento emocional. La constante sensación de impotencia y la falta de control sobre la situación pueden generar una sensación abrumadora de desesperanza. Entonces, ¿cómo podemos abordar estos trastornos y cuidar de nuestra salud mental mientras seguimos informados sobre los conflictos? Aquí hay algunas pautas importantes:
Establecer límites de exposición : Es fundamental limitar el tiempo que pasamos viendo las noticias y seleccionar fuentes de información confiables.
Practicar la autocompasión: Reconocer que es natural sentirse afectado por las noticias de guerra y no culparse por esas emociones es esencial.
Hablar sobre lo que sentimos: Compartir nuestros sentimientos con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ser terapéutico y ayudarnos a procesar las emociones.
Fomentar la acción positiva : En lugar de sentirnos impotentes, consideramos formas de contribuir al cambio positivo.
La guerra en Ucrania y la Franja de Gaza son tragedias humanas que nos conmueven a todos. Sin embargo, no debemos permitir que el sufrimiento en el mundo nos paralice o nos haga daño. Al tomar medidas para cuidar de nuestra salud mental y equilibrar nuestra exposición a las noticias, podemos ser testigos de la realidad sin perder nuestra propia estabilidad emocional. La empatía y la conciencia son valiosas, pero también lo es la autoconservación emocional.