Uwe Rohwedder
Director Arquitectura, U. Central y miembro del CPI
Como un “acto de justicia territorial” calificó la autoridad la ampliación de la línea 3 del metro hacia el norte de Santiago, servicio que opera desde septiembre pasado. La referencia proviene de que en Chile se ha registrado una histórica postergación en comunas que no han contado con servicios expeditos tan básicos como el transporte, comercio, áreas verdes o vivienda de calidad, pese a que son áreas donde habitan miles de personas.
El sector público, el privado, las organizaciones sociales y la academia, están de acuerdo con este diagnóstico. Por eso, se ve con ojos optimistas la proyección de nuevas líneas del tren subterráneo hacia Bajos de Mena, en Puente Alto o La Pintana, lo que podría generar una transformación del entorno urbano.
La experiencia que se da en la capital se debe replicar en regiones. En los últimos años se han presentado múltiples iniciativas, pero aún no han podido salir adelante. Y cada vez que se inaugura un kilómetro del metro en la capital, los habitantes a lo largo del país claman que se actúe con el mismo criterio en cuanto a la asignación de recursos, con el fin de que sus ciudades tengan los mismos estándares urbanos.
Por eso, resulta necesario que se concreten proyectos como los teleféricos en ciudades como Valparaíso (el que unirá la estación Barón con Placilla). La ciudad-puerto fue pionera en medios de transporte sustentables como los trolebuses, donde aún operan servicios. También hay iniciativas de este tipo -vía concesionesen Iquique, por el norte, Talcahuano y Los Lagos, en el sur-, cuyas licitaciones están previstas para los próximos años.
En lo inmediato, también es deseable que se implementen iniciativas como el tren hacia Batuco, el que finalmente será la primera parte de un servicio más extendido hacia Valparaíso, el que pasará por localidades que requieren mejor conectividad como La Calera y Llay-Llay.
En la planificación se han contemplado también los tranvías, los que tienen la característica de ocupar vías exclusivas, para transformarse en alternativas competitivas frente al uso del vehículo particular, siendo un medio de transporte cómodo y a escala humana. Hay tranvías proyectados en La Serena, Viña del Mar y otro en Santiago entre Pajaritos y el aeropuerto. Se trata de dar opciones de movilidad a los habitantes de estas urbes, pero también fomenta el turismo en un país que requiere potenciar esa industria para alcanzar estándares internacionales.
En paralelo, resulta importante que en las ciudades también se aborde la seguridad pública en barrios y centros cívicos donde estará ubicada la nueva infraestructura, con el fin de controlar el comercio ambulante y posibles delitos. No sacamos nada con avanzar en un mejor transporte si la inseguridad reina. Para concretar estos planes, la asociación público-privada es fundamental. Llevar adelante estos proyectos requiere que los privados trabajen con las comunidades tempranamente para que den a conocer aprensiones y conozcan sus beneficios.