Aún recordamos cuando nos parecía imposible desviar un asteroide con nuestra tecnología y fue una hazaña que se logró hace casi un año, así que no es tan loco pensarlo.
LEIDY PEÑA CONTRERAS
Licenciada en Física. Magíster en Astronomía. Divulgadora EDA y CATA.
Nuestro Sistema Solar tiene unos 4.5 millones de años aproximadamente, una tercera parte de la edad del Universo y en él no sólo se puede observar el Sol, los 8 planetas que conocemos, sino también asteroides, cometas, planetas enanos y una enorme cantidad de lunas.
Los asteroides, los objetos que se encuentran más allá de Neptuno y las lunas con aspecto de roca que rodean a los planetas gigantes son parte del origen de nuestro sistema planetario, vestigios de su pasado que cuentan los momentos violentos en la formación de los planetas y que contienen materiales muy interesantes.
Muchos de los asteroides que se encuentran entre las órbitas de Marte y Júpiter han sido estudiados y sus composiciones revelan algo muy interesante, no sólo nos cuenta el origen del Sistema Solar que nos permita hacer analogías con otros sistemas planetarios, sino que también pueden sernos muy útiles a la humanidad, varios contienen grandes cantidades de hierro, níquel, oro, entre otros elementos, y además, algunos contienen hielo suficiente como para que estos asteroides puedan servir de sumideros de agua en viajes espaciales.
Asteroides como Psyche, el cual con solo un diámetro de 210 km vale más que la economía global del planeta, y esto nos permite pensar en la posibilidad de monetizar las riquezas que poseen este tipo de asteroides, de hecho, se estima que si se juntan todos los minerales de los asteroides que conocemos cada persona tendría un aproximado de 100 mil millones de dólares, y es justamente esta apuesta la que quieren jugar países como Estados Unidos y Luxemburgo, determinar un método que permita realizar minería de asteroides.
A pesar de que se esta idea se ve para un futuro lejano, aún recordamos cuando nos parecía imposible desviar un asteroide con nuestra tecnología y fue una hazaña que se logró hace casi un año, así que no es tan loco pensarlo. Estamos bendecidos por las bonanzas que nos ofrece el planeta y ahora sabemos que esa bonanza se extiende al espacio, sólo esperamos que monetizarlo sea algo que nos una como raza humana y no nos lleve a una competencia insana de recursos como ya nos ha contado la historia. Así que a pensar como podemos volvernos ricos y usar estos nuevos recursos de forma positiva.