Opinión

Yo no

Por: Diario Concepción 12 de Agosto 2023
Fotografía: Cedida

José Manuel Ventura Rojas
Integrante Centro Estudios Europeos UdeC

Ahora, por cierto, que la Unión Europea anuncia planes de inversión en Latinoamérica, le convendrá extremar su cautela respecto a evitar esas organizaciones y fundaciones surgidos como callampas o subarrendamientos para amigos de cargos políticos, que se tornan en sumideros del presupuesto público hacia fines particulares, espúreos o ideológicamente dudosos, antes que a fines urgentes, como, para empezar, la ayuda a damnificados por las catástrofes de comienzos de año.

Y, mientras descubríamos lo vulnerablemente expuesta que está en Chile la seguridad de un moderno ministerio (sería peor si hubiera sido por incompetencia, aunque el robo lo hubieran orquestado sus adversarios…), el presidente Boric viajó a Francia, donde, en vez de aprender de un homólogo en cargo a resistir con la legalidad frente a quienes pretenden forzar violentamente a un gobierno (todo lo contrario en su caso, respecto a quiénes apoyar e indultar…), se dio el tiempo para una reunión ligada a una efeméride, orientada desde su sector como panegírico indiscutible; esto último referido a la dimisión, semanas atrás, de su coordinador, entre el silencio, por miedo, complicidad o indiferencia, del gremio de especialistas; pues el “‘negacionismo’ hacia la discusión científica” carece de objeciones. Mientras, en el Sur de este largo y fracturado país, aguardan las igualmente víctimas de quienes, por falta de determinación gubernamental, no solamente carecen de amparo, también de reconocimiento: mapuches y el resto de chilenos (y residentes foráneos) que viven secuestrados por la violencia de bandas armadas con fines políticos y medios criminales.

Por desgracia, ni la mayoría de franceses tal vez recuerde que, la fiesta del 14 de julio, no surgió en honor a un grupo de ciudadanos armados que cometieron una injusta y terrible matanza contra un puñado de guardias que se habían rendido y cumplían su deber. El recuerdo de tal fecha en 1790 se instituyó como “Fiesta de la Federación”, que llamaba a la reconciliación de los franceses; y es eso lo que debería considerarse como medular, no los mitos políticos e historiográficos (groseramente replicados por la ignorancia de quienes deberían estar al día en la investigación científica de hace décadas), que lo único que hacen es desdibujar y pervertir lo provechoso de lo que puede aprenderse de ciertos acontecimientos: independientemente de los resultados, positivos o negativos, deberíamos temer a las revoluciones, porque su carácter de fractura, esencial en el concepto, remiten a un fracaso de base en la convivencia de una comunidad.

En esta situación de desamparo, sin embargo, debemos encontrar fuerza en las palabras y el ejemplo que el padre del historiador Joachim Fest dirigió a sus hijos cuando, poniendo en riesgo (y perdiendo) su trabajo como profesor, por negarse a prestar el juramento al Führer como funcionario, reunió a su descendencia y les recordó: “¡aunque todos participen, yo no!”.

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