PATRICIO FIERRO GARCÉS
Director Regional FOSIS Biobío
Actualmente, la informalidad de los microemprendedores en Chile llega al 53,1%, un número que viene en constante aumento desde el 2015. La razón de esto, según usuarios del Fondo de Solidaridad e Inversión Social – FOSIS, estaría principalmente en que ven el proceso de formalización como lento, costoso y poco comprensible. Lo anterior, se suma a varios mitos que circulan respecto a este trámite como, por ejemplo, que obliga a las personas a cotizar en el sistema de salud y AFP, que pierden la Pensión Garantizada Universal (PGU) de invalidez o vejez o que sí o sí modifica el Registro Social de Hogares (RSH).
Es por tal razón, que el gobierno del Presidente Gabriel Boric, ha iniciado una campaña para incentivar y dar a conocer los beneficios de la formalización. Y es que la regularización de los negocios abre puertas a nuevos y mejores mercados por medio de convenios que se pueden establecer con otras empresas. Así también, permite que los emprendedores accedan a créditos y microcréditos con entidades financieras o que cuenten con más beneficios del Estado y seguridad social.
Sumado a lo anterior y tomando como referencia un modelo establecido en Uruguay, desde el FOSIS se ha buscado complementar los esfuerzos del gobierno con la presentación de una iniciativa legal para promover un sistema de tributación simplificada denominada Monotributo Social para emprendimientos. La propuesta busca implementar un régimen de transición a la formalidad que sea simple y eficiente con un monto fijo que se paga mensualmente, que no supera los 25 mil pesos y que está dirigido a personas naturales con un emprendimiento informal, sin trabajadores a su cargo y que pertenezcan al 40% más vulnerable. Quienes opten por este camino tendrán 48 meses para beneficiarse del régimen de monotributo, tras el cual se daría paso al régimen normal de tributación de una microempresa. Se estima que más de 600 mil personas podrían verse favorecidas.
De concretarse esta iniciativa, que ha sido destacada por la OIT, vendría a recompensar con prestaciones sociales el esfuerzo de miles de emprendedoras y emprendedores y a mejorar las oportunidades de crecimiento para ellos y sus familias al facilitar y agilizar los trámites tributarios. Sin duda, un excelente incentivo a la formalización, pero también un gran espaldarazo a todas y todos esos pequeños microempresarios que día a día luchan por sacar sus negocios adelante.