
Los resultados recientemente publicados, si bien nos preocupan porque muestran una baja mayor, no demuestran una situación tanto más catastrófica de lo que ya teníamos.
CLAUDIA SILVA.
Educación 2020.
Tras tres años de suspensión de la prueba Simce, en noviembre de 2022 cerca de 500 mil estudiantes de 4º básico y IIº medio pertenecientes a 7.900 establecimientos educacionales (cobertura de un 99%), rindieron las pruebas de Lectura y de Matemática.
También fueron aplicados los cuestionarios de Indicadores de Desarrollo Personal y Social (IDPS), los que proporcionan información complementaria sobre distintas áreas de desarrollo escolar. ¿Qué podemos aprender de estos resultados? En los últimos 10 años veníamos observando resultados estancados, que incluso a veces tendían a la baja.
Los resultados recientemente publicados, si bien nos preocupan porque muestran una baja mayor, no demuestran una situación tanto más catastrófica de lo que ya teníamos. Ante esto, y en el contexto de los esfuerzos de reactivación educativa, no es menor preguntarnos: ¿Queremos reactivar un sistema que solo nos permite lograr pequeños cambios año a año? ¿Lograremos así acortar las brechas de aprendizaje a las que nos enfrentamos día a día?
La respuesta sencilla es que “si seguimos haciendo las cosas de la misma manera, seguiremos teniendo los mismos resultados”. Por esto, creemos que la apuesta es, sin duda, a la innovación educativa como camino transversal para lograr cambios significativos en el sistema educativo. A través de Educa Innova Biobío, en alianza con el Gore Biobío y 10 liceos de la provincia de Concepción, estamos avanzando en esa dirección.
Sin duda, no es un camino sencillo, pues implica salir de los espacios que conocemos, tanto para los y las docentes como para los y las estudiantes y sus familias; implica confiar en que es indispensable pensar y vivir la educación desde nuevos paradigmas; implica desafiar las estructuras de funcionamiento cotidiano dentro de los establecimientos; y por cierto, implica abordar el currículum y las horas lectivas de una manera diferente, no sólo porque innovar es más entretenido, sino porque a través de las metodologías activas buscamos un aprendizaje profundo y pertinente.
Es a través de ellas que apostamos a la movilización y el desarrollo de habilidades para lograr una alta comprensión lectora, resolución de problemas reales, trabajo colaborativo profundo, pensamiento divergente, creatividad, y tantas otras necesarias para los desafíos de hoy en día.
Para tener distintos resultados tenemos que atrevernos a innovar y dar el salto definitivo hacia una nueva ruta de mejoramiento de la calidad en la educación.