
ANAÏS FERNÁNDEZ NOVA
Psicóloga de la Oficina de la Mujer de Santa Juana
Cada día se habla más de la igualdad de género y de eliminar la violencia contra la mujer, pero en las zonas rurales el avance de estas materia es rezagado, lo que queda demostrado con el alto número denuncias que se reciben desde estos sectores, donde las personas poco a poco están aprendiendo que el maltrato no es normal.Históricamente a las mujeres le dieron un papel secundario y subyugado al hombre, sin ser dueñas de sus destinos, de hijas pasaban a esposas. Por otro lado, las zonas rurales y el mundo agrícola, también han sido dejados de lado, gestándose así una mezcla ideal para el cultivo de la violencia de género, ya sea psicológica, verbal, sexual, económica, etc.
Santa Juana consta de un alto componente rural y con ello, lamentablemente, con altos índices de violencia contra la mujer. La poca importancia que se daba este tema, se constata con una tardía creación de la Oficina de la Mujer en la comuna, que sólo vio la luz bajo el mandato de la alcaldesa, Ana Albornoz, quien tomó cartas en el asunto ante los altos índices de violencia, que destacan a nivel nacional.
Cabe preguntarse por la génesis de este flagelo, según los casos que tratamos en la zona, la mayoríade las mujeres violentadas, provienen de hogares violentos, donde uno o ambos progenitores ejercían maltratos físicos y/o psicológicos. Es decir, esto se gesta desde la niñez y se tiende a repetir en la siguiente generación, pues es la dinámica que se aprendió, por eso cuesta tanto cerrar éstos terribles círculos, pero no es imposible.
En la zona rural la violencia tiende a ser mayor a causa del rezago educacional, la normalización de la violencia, la falta de información sobre este tema debido a los escasos canales de comunicación que existen, donde el acceso a la ayuda es más difícil. A menor roce con personas, las costumbres se encasillan y ese también es un factor para la permanencia del machismo, no sólo en los hombres, también en las mujeres, quienes normalizan sus penurias, con frases tan comunes como “quien te quiere te aporrea”, “es la suerte que me tocó”, “es que yo tengo la culpa”, “tengo que llevar la fiesta en paz para no generar más problemas”, “tengo que aguantar, porque tengo a mis hijos pequeños”, “qué le voy a hacer si es él quien trae dinero a la casa”. En vista de lo anterior, no es de extrañar que mujeres víctimas de sus padres, sean maltratadas por sus parejas y, aunque parezca increíble, eduquen de forma violenta o machista a sus hijos e hijas, prolongando el ciclo.
Los desafíos, no sólo para Santa Juana, también para otras comunas rurales, están marcados por el aislamiento. Las usuarias viven en sectores distantes y no todas pueden viajar por atención, llamar o conectarse por internet. Por eso se debe trabajar en aumentar las visitas a terreno, lo que no es fácil si recordamos que la comuna es la más extensa a nivel provincial, a lo que se suma lo complicado de los caminos. Debemos romper tabúes, aumentar las redes de apoyo, pero sobre todo debemos re educar, trabajar la autoestima, generar las condiciones en un espacio adecuado donde se sientan acompañadas, escuchadas y atendidas por las profesionales, de acuerdo a sus intereses, consultas y orientación.
Es relevante incorporar diversas instancias de empoderamiento, de autocuidado y también entregar herramientas y conocimientos, logrando la independencia económica para todas las mujeres y sobre todo para aquellas víctimas de violencia, fomentando la participación, acompañamiento, donde se establezca una relación de apoyo y contención, generando en ellas la valentía y fortaleza para denunciar a su agresor, alejarse de él y tomar las medidas necesarias para su resguardo y felicidad.
Hoy, estamos esperanzadas en lograr un Centro de la Mujer para Santa Juana, lo que sin duda apunta hacia el avance que buscamos.