EDUARDO BARRA
Seremi de Salud del Biobío
Con más de 3 años vividos en pandemia, pocos tienen dudas que ésta ha sido, la amenaza de salud pública más grande para la humanidad en las últimas décadas. Sus efectos sanitarios, económicos y sociales se hacen evidentes en la actualidad, en el mundo, en nuestro país y probablemente repercutirán en los años venideros.
Un efecto de la Pandemia lo estamos vivenciando desde fines de Abril de este año en nuestra región y el país, con el alza significativa de la circulación viral principalmente del Virus Respiratorio Sincicial (VRS), virus que tiene carácter estacional en su aparición, tal como el Virus Influenza A, Rinovirus, Para-influenza, Influenza B, entre otros. Esta situación ha generado un aumento de las consultas de urgencia y hospitalizaciones principalmente en la población pediátrica, siendo especialmente preocupante en los menores de 1 año, en quienes el desarrollo de un cuadro de Insuficiencia Respiratoria Aguda grave, obliga a efectuar tratamientos, en muchas ocasiones, en Unidades de Cuidados Intermedios e Intensivos.
Desde el Ministerio de Salud, los equipos de epidemiología y desde grupos académicos y científicos, se ha evaluado permanentemente esta situación, teniendo como evidencia lo ocurrido durante los meses fríos en el Hemisferio Norte, por lo que se han tomado medidas actualmente en curso, para evitar una situación de consultas y hospitalizaciones que no pueda ser controlada por hospitales y el conjunto de la red asistencial (Cesfam; SAR; Sapu.). Acciones como el aumento de la contratación de profesionales y técnicos para fortalecer los equipos de Vacunación, atención de urgencias, campañas y estrategias comunicacionales en distintos medios comunales y regionales, la provisión reforzada de antivirales, antibióticos y medicamentos requeridos para el control de las infecciones, la complejización de las camas básicas de pediatría a intermedias o intensivas y la reconversión de camas de intensivo de adultos a intensivo pediátrico, son algunas de las medidas que nos han permitido combatir el alza de pacientes graves que han requerido camas críticas para sobrevivir. Junto a lo descrito, desde mediados de Marzo de este año iniciamos la campaña anual de vacunación contra la influenza A , sumando también a la vacunación contra el Covid 19 con la vacuna Bivalente (la Dupla), encontrando una buena respuesta como es tradicional en trabajadores de la salud privada y pública, trabajadores de la educación, pacientes crónicos, niñas y niños escolares, siendo más lenta y difícil en embarazadas y llamativamente, en personas mayores, la población de más riesgo incluso de morir, al ser infectada con Influenza.
Hemos señalado que el importante aumento de la circulación viral y las infecciones derivadas es consecuencia de la pandemia Covid. Esto porque si bien éstos virus habitualmente se presentan en los meses fríos, el VRS no alcanza estas magnitudes de circulación y contagios. La presentación de este año está relacionada con algunas situaciones vividas por nosotros los años 2020-2022. Durante ese período, el VRS circuló en mínima proporción por la presencia masiva del Sars-Cov 2, por el aislamiento de niñas, niños, lactantes y recién nacidos, por el uso frecuente y masivo de mascarillas y todas las medidas implementadas para evitar el contagio con el Covid-19. Esto generó un “olvido” inmunológico respecto del VRS en población adulta (embarazadas) y una ausencia de contacto con el VRS de los lactantes y pre-escolares, lo que ha conformado un importante grupo de niños “susceptibles” sin inmunidad adecuada (en muchos casos recibida de la madre y/o hermanos) para enfrentar infecciones severas con este virus.
Es por lo descrito que tenemos que aplicar lo aprendido en la pandemia y volver a tomar medidas de eficacia ya probada. La Vacunación para prevenir Influenza, el uso de mascarillas para prevenir contagios en establecimientos educacionales, transporte público y privado (Buses urbanos e interurbanos, Biotrén), centros comerciales y supermercados, no llevar a los niños pequeños a lugares de aglomeración de gente, lavado frecuente de manos y mantener ventiladas las viviendas, son todas medidas que nos ayudarán a superar este momento de mayor riesgo sanitario, para cuidar a los que más amamos.