Piero Blas
Consejero Regional del Biobío
A propósito de la falla en el Puente Ferroviario y el eventual colapso de tránsito para marzo, se han estado barajando medidas para enfrentar el escenario inmediato. Estamos pensando en los problemas de tránsito que experimentamos al sur del río Biobío y, en particular, en San Pedro de la Paz y Coronel, donde vivimos con nuestras avenidas obstruidas diariamente.
Se considera una restricción vehicular similar a la de Santiago, tanto en la administración regional como en el Consejo lo hemos socializado, incluso el año pasado se realizó un referéndum para involucrar a la ciudadanía. Ahora toca lo siguiente: implementar con urgencia y pensar en medidas no solo para salir del paso, considerando que la restricción recién se está siendo ponderado seriamente.
Aquí observamos algunas de las congestiones vehiculares más graves a nivel nacional, incluso en verano. Por eso, el problema debe ser abordado no solo con acciones específicas, sino considerando otros aspectos que se ven afectados o lo afectan, comprendiendo las múltiples dimensiones del transporte.
¿Estamos propiciando comportamientos por una solución estructural? No desatendamos otras raíces del problema, incluyendo la modernización de la locomoción colectiva por una segura y accesible; la provisión de servicios a barrios periféricos; la desconcentración de la educación superior, como es la causa por una universidad en Coronel; y la restricción horaria a los camiones de carga, hasta ahora acotada a horas punta y puentes, no tomando en cuenta otras rutas que alimentan la congestión.
Un reduccionismo podría ignorar el efecto sobre la actividad económica y laboral, provocando efectos no esperados. No omitamos los vehículos que son herramientas esenciales de trabajo y un día fuera de circulación, en contraste con un bajo impacto de estos sobre las congestiones, puede traducirse en mermas para varias familias.
De todas formas, podemos reconocer que se están dando pasos, la construcción del nuevo Puente Ferroviario, la evaluación de EFE por la extensión del Biotrén a Lota y otras obras para el tránsito son algunos. Sin embargo, son proyectos de años y la congestión no obedece solo a las estructuras físicas, a veces debemos mirar qué nos obliga a desplazarnos al centro de una conurbación de casi un millón de habitantes.